La película Pozos de ambición , la estremecedora, soberbia y colosal obra cinematográfica de Paul Thomas Anderson, se tuvo que contentar con el reconocimiento al director y una intrascendente estatuilla artística. El Oso de Oro fue, contra todo pronóstico, para Tropa de élite , la devastadora crónica sobre la impunidad con que actuó en 1997 la policía brasileña para fulminar cualquier acto de violencia en las favelas de Río de Janeiro días antes de la visita del Papa.

Para entender la arriesgada decisión de conceder el gran premio de la Berlinale al filme del joven brasileño José Padilha se debe tener en cuenta que Costa-Gavras es el presidente del jurado y, probablemente, la única voz que ha influido en el dictamen. En Z (1969), el comprometido director griego, trató el mismo tema que interesa a Padilha: la fragilidad que se siente ante el poder armado.

DENUNCIA Y COMPROMISO El palmarés es coherente con el cine que abre los ojos a la dictadura que imponen los intereses políticos. Los trofeos más preciados recaen en relatos donde la denuncia social cobra importancia. Standard Operating Procedure , el controvertido documental de Errol Morris que juega con el estilismo estético en las escalofriantes imágenes de presos torturados, obtiene el gran premio del jurado. Las náuseas ante tanto cadáver en primer plano y las barbaridades que cuentan los militares son inevitables, pero este es el propósito de Morris. Es su modo de sacudir conciencias. En su discurso de agradecimiento, solo se acordó de una persona: "Gracias, Costa-Gavras".

Anderson volvió al mismo escenario que lo consagró en el 2000, cuando Magnolia ganó el Oso de Oro. "La Berlinale es el mejor festival del mundo", declaró al recoger el galardón. ¿Siguió pensando igual al final de la ceremonia, cuando tuvo la certeza de que no subiría más?

Quien no estaba de muy buen humor era Mike Leigh. Si Happy-go-lucky hubiera ganado el gran premio habría alcanzado la hazaña de tener en sus vitrinas el Oso de Oro, la Palma de Cannes y el León de Venecia. Pocos lo han logrado. Entre ellos, los desaparecidos Robert Altman y Antonioni. Una lástima.

Kristin Scott Thomas se fue de vacío. Era difícil superar ese grado de credibilidad con que, en Hace tanto tiempo que te quiero , de Philippe Claudel, da vida a esa enigmática mujer que acaba de salir de la cárcel, donde ha pasado 15 años por matar a su hijo.

El premio a la mejor actriz recayó en Sally Hawkins. La trama de Happy-go-lucky gira alrededor de su personaje. Poppy es un excéntrica joven que simboliza el optimismo y la inquietud que esta opción vital provoca en la mirada de los otros. El iraní Reza Najie recibió el premio al mejor actor por The song of sparrows . "Dedico este premio a mi querido país y a su cine", gritó

Lake Tahoe , del mexicano Fernando Eimbcke, logró el trofeo Alfred Bauer, en memoria del fundador del festival, y el cotizado premio de la crítica. Los aplausos acompañaron a este filme sobre la incapacidad de afrontar el duelo de un menor por la ausencia del padre.