A partir de la noche del jueves, la Berlinale se juega mucho. En su 68ª edición, el festival afronta el reto de acallar las duras críticas de las que ha sido objeto en los últimos meses por parte tanto de un nutrido grupo de cineastas alemanes como de la prensa del país, que lo acusan de un déficit de calidad y una falta de criterio crecientes. Repasamos lo más destacado entre la selección de películas que sus responsables han preparado para lograrlo aunque vaya por delante que está por ver si no estalla todo en el transcurso de la primera gran cita del año cinematográfico.

El desfile de nombres consagrados se inicia hoy gracias a la película inaugural: Isla de perros, que es la segunda incursión de Wes Anderson en la animación stop motion; mañana les tocará cruzar la alfombra roja a Robert Pattinson y Mia Wasikowska para presentar Damsel, una mezcla de comedia y wéstern, y pocos días después el director Gus van Sant y el actor Joaquin Phoenix estrenarán el biopic Don’t worry, he won’t get far on foot, sobre el caricaturista tetrapléjico John Callahan. Pero quizá ninguna otra de las anglosajonas presentes despierte tanta curiosidad como el thriller Unsane; al parecer, Steven Soderbergh lo ha rodado con un iPhone.

Sería insensato hablar de películas favoritas al Oso de Oro cuando el festival ni siquiera ha empezado, pero una de las candidatas que más ha dado que hablar sin duda es Utoya 22 july, recreación del atentado del 2011 en el que el noruego Anders Behrin Breivik mató a 77 personas. No es la única presencia del terrorismo en el certamen: 7 días en Entebbe, de José Padilha, recuerda el secuestro en 1976 de un avión que volaba de Israel a Francia.

El mundo real, asimismo, también se presentará adaptado a los mecanismos de la ficción a través de un puñado de biopics: Dovlatov, que explora cuatro días en la vida del escritor ruso Sergei Dovlatov; 3 días en Quiberon, que hace lo propio con 72 horas en una clínica de rehabilitación junto a la actriz Romi Schneider; y The happy Prince, drama escrito, dirigido y protagonizado por Rupert Everett sobre los agónicos años finales de Oscar Wilde.

La cinefilia de línea dura tendrá varias citas ineludibles. Dos son en competición: el filipino Lav Diaz presenta Season of the devil»; y en Transit el alemán Christian Petzold volverá a hablar de falsas identidades en el marco de los estragos del nazismo.