Tras la ronda competitiva de ayer, el miedo se respira en la Berlinale. Miedo a que las películas que presentaron el sueco Lukas Moodysson y la británica Sally Potter no sean las peores de esta edición. La jornada empezó prometedora gracias a la proyección de la uruguaya Gigante , sencilla y amable historia de amor platónico --que, eso sí, se parece demasiado a Whisky --. Pero se torció a causa de la abucheada Mammoth , que nos recordó que lo peor de títulos como Babel es que, más que su simplismo a la hora tratar los problemas del mundo, han creado escuela. Tanto es así que tanto aquella película como esta están protagonizadas por Gael García Bernal, que acaparó las atenciones del sector femenino de la prensa. Una periodista llegó a pedir el micro solo para decirle algo como: "Gracias por ser como eres".

Mammoth es la historia de una pareja de pijos --uno es Gael-- que un día se dan cuenta de que el mundo es injusto y se entristecen. La película plantea: en el primer mundo somos ricos pero incapaces de cuidar de nuestra casa y nuestros hijos, y por eso contratamos a niñeras del tercer mundo mientras los hijos de estas se quedan allí fabricando balones de baloncesto o sirviendo de carnaza para turistas sexuales. Con una mano les damos de comer y con la otra los esclavizamos. Moodysson lamenta que darnos cuenta de la injusticia nos baste para quedarnos con la conciencia tranquila. Ayer, frente a la prensa, no parecía importarle que su propia película esté hecha para nutrir esa hipocresía: "Si Mammoth genera debates sobre la relación entre países ricos y países pobres, estupendo. Dicho esto, no hago películas para generar debates, sino para expresar sentimientos".

El único debate que circula por Berlín tiene que ver con lo que estaba pensando Sally Potter cuando decidió rodar Rage , colección de bustos parlantes que encarnan estereotipos del negocio de la moda y que se dirigen a cámara para escupir lugares comunes sobre el mundillo. El premio honorífico Berlinale kamera, lo recibió Claude Chabrol, como pionero de la Nouvelle Vague y balzacquiano retratista de la burguesía francesa, mezclando comedia humana e intriga policial.