LUGAR DE NACIMIENTO ASTEASU (GUIPUZCOA) 1951 EDAD 52 AÑOS

ESTUDIOS LICENCIADO EN CIENCIAS ECONOMICAS Y FILOSOFIA Y LETRAS OBRAS ´OBABAKOAK´, ´EL HOMBRE SOLO´, ´ESOS CIELOS´, ´DOS HERMANOS´, ´LISTA DE LOCOS Y OTROS ALFABETOS´, ´POEMAS & HIBRIDOS´

Bernardo Atxaga no está alojado aquí, dice el recepcionista del hotel, que busca entre sus papeles el nombre y no lo encuentra. Hasta que uno cae en la cuenta. Tal vez Joseba Irazu. Sí, alguien inscrito con ese nombre está en la habitación 103. Y entonces uno piensa cuando corrió la especie de que Atxaga iba a recuperar su nombre original, Joseba. Tras escuchar esta confusión, el escritor vasco parece decirse, oh, otra vez la historia del seudónimo. "No hay forma de cerrar estas cosas. Es una especie de maldición que arrastro; pero no puedo tomar una decisión aún. Fue un lapsus que he intentado olvidar. Pero la culpa es mía. ¿Por qué lo dije?" Y recurre al dicho de las tres cosas que uno hace y ante las que no hay vuelta atrás: lo que se dice, el agua que se derrama y la piedra que se lanza.

Bernardo Atxaga (seudónimo)/Joseba Irazu (nombre original) habla de esta manera: da una respuesta y sobre ella añade fábulas, sentencias, refranes, dichos, historias que le ocurrieron. Podría ser uno de esos narradores orales que salen al mundo y lo van contando a partir de sí mismos, de sus experiencias. De hecho lo es, aunque sea más conocido por sus escritos: una estelar irrupción en la literatura vasca y española en los años 80 con Obabakoak (que Montxo Armendáriz va a llevar al cine) y títulos posteriores, El hombre solo y Esos cielos , entre otros, al que ha añadido Soinujolearen semea (en vasco), El hijo del acordeonista (en español, aún sin publicar), su novela más ambiciosa, según confiesa. Esta semana participó en el Aula Rodríguez Moñino, de Badajoz.

--Ha pretendido que El hijo del acordeonista sea su mejor libro, según ha declarado.

--La verdad es que es una acumulación de ideas, reflexiones, de líneas argumentales. Cuando era joven no tenía espacio para girarme y ver atrás. Ahora sí, me veo, veo lo que he escrito y he dicho, veo un paisaje propio como si fuera ajeno, y puedo distanciarme de él. Entonces pensé que ya podía recoger esas notas, esas ideas narrativas con la convicción de que la novela iba a ser un punto y aparte respecto a lo que he escrito. Ya he desarrollado la idea de Obaba y los temas políticos hasta sus últimos extremos con este libro. Cuando era joven corría hacia los grandes temas (como el paso del tiempo) y luego los grandes temas corrían hacia mí. Finalmente se ha impuesto la realidad pura y dura, como si diera un golpe seco. Ya no hay lugar para la retórica, para determinadas ideas literarias. Ahora estoy en disposición de luchar con trozos de la realidad y escribir sobre ello.

--Su libro habla de la guerra, el franquismo, el terrorismo.

--Sí; pero el tema básico es el de que de los infiernos sólo nos rescata el amor. Es algo que está en Virgilio. Es la primera vez que he escrito tres historias de amor. Otro tema es el boxeo. Hay tantos paisajes en la novela...

--¿Qué acogida ha tenido en el País Vasco?

--Ha habido muchas reacciones. Pero los vascos hemos sufrido tanta presión, hemos estado en boca de..., hemos sido hablados, escritos por otros, que creo que la novela ha dado consuelo ante esa gran presión. Habla de la guerra en un momento en que hay una lucha por la poética de la guerra. Antes, los que habían triunfado tenían todo menos la poesía, que pertenece a los que pierden, y a mí me ha parecido que hay ahora movimientos literarios que ponen en tela de juicio la adscripción poética por los perdedores. Entonces yo creo que existe el mal y que éste está en una parte. Odio la relativización y hay que señalar allí donde se encuentre ese mal y a quien lo ejerce.

--¿Qué reacción tuvo ante los atentados de Madrid?

--En principio de aturdimiento absoluto, con la convicción de que ante la tragedia lo primero es el silencio (y esto es algo que he leído en Chejov); y luego la imposibilidad de mantenerlo. No me siento cómodo con lo que veo, sacar de la historia un hecho como éste y que se disuelva en la emoción y la efusión. La distancia entre uno que muere (sin papeles o con un trabajo mal pagado) y otro que dice que llora ante esa muerte (Bush) es tan grande que habría que pensar sobre ello.

--¿Cómo afectará el cambio político en el País Vasco?

--Con el PP la situación era muy mala. El PSOE ha llegado a entenderse con el PNV, e Izquierda Unida, a la que yo apoyo, también ha expresado su respaldo al PSOE. Ojalá se produzca un cuatripartito.

--Su proyección ha ocultado a otros escritores vascos.

--No sé si lo podría haber hecho de otra manera. En los últimos siete años he estado casi retirado. Pero en fin, así ha ocurrido, aunque poco a poco van apareciendo otras figuras encima de la mesa: autores como Pello Lizarralde o Iván Zaldua. Pero a mí me es incómodo ser aún el escritor vasco , el escritor nacional ; es algo que no deseo.

--¿En qué idioma piensa?

--Recuerdo que en una fuente de la plaza de Guipúzcoa en San Sebastián había un alcatraz y un compañero de clase y yo nos preguntábamos por qué no escapaba de allí. Luego nos enteramos que no tenía espacio suficiente para palmear y alzar el vuelo. Bien, cuando uno se pone a escribir en euskera es como si palmeara y va adquiriendo vuelo y acaba pensando en euskera.