El escritor Bernardo Víctor Carande (Madrid, 1932) ha recapitulado medio siglo de su vida dedicada a la literatura y la agricultura, sus dos vocaciones esenciales, en el libro Memorias. 1932-2002 , que inicia con el recuerdo de una infancia condicionada por la contienda fratricida de 1936.

"Mi niñez quedó truncada, como aniquilada la vida de tantos y tantos españoles por la Guerra Civil que asoló la patria en la primera mitad del siglo XX", escribe Carande en las primeras páginas de sus memorias, que acaba de publicar la editorial extremeña Del Oeste Ediciones.

De aquella época recuerda "los silencios" provocados por la guerra, "cuando para hablar casi sólo se podía hacer a gritos, triunfales, los de uno u otro bando", evoca Carande, autor de veintiséis libros, finalista de los premios Nadal (1972) y Planeta (1982), e impulsor de la obra de su padre, Ramón Carande, maestro y precursor de historiadores de economía.

Expulsados de su domicilio madrileño al poco de desencadenarse el conflicto y con su padre ausente --condenado a muerte por su adscripción a la República, de la que llegó a ser consejero de Estado con Manuel Azaña-- Bernardo Víctor Carande, su madre y su hermano finalmente se instalan en Sevilla.

EL TRASLADO En esta capital residió Bernardo Víctor Carande hasta 1955 en que se traslada a la Dehesa Capela, en Almendral (Badajoz), finca de sus antepasados, donde se ha dedicado a la agricultura y a las letras. Destaca ésta por ser un raro y escaso testimonio de la literatura agraria, es decir escrita en el campo y con éste de protagonista. Con este asunto Carande ha dado a la imprenta, entre otras, las novelas Suroeste (1974) y Don Manuel o la agricultura (1976); los Cuentos de medio ambiente . Hasta la fecha ha publicado veintiséis libros e impulsado la obra de su padre una vez fallecido éste a los 99 años en 1986.