Si el termómetro de la Feria del Libro de Madrid lo marca el primer fin de semana y especialmente el domingo, se podría decir que la 70 edición va a ir bien porque el parque del Retiro ayer estuvo invadido por multitud de gente con libros, haciendo cola para una firma y abarrotado de niños.

Aunque, como reconoce Fernando Valverde, director adjunto de la feria y presidente de la Confederación Española de Gremios y Asociación de Libreros (Cegal), todavía es pronto, para decir que va viento en popa, "los libreros estaban contentos, pero hay que tener en cuenta que la gente aún no ha cobrado, el fin de semana siguiente sí será definitivo", precisó.

Más gráfica es aún la editora responsable del área de ficción de de Planeta Ana D´atri, quien dice que "todavía la gente va con uno o dos libros, como mucho en la bolsa, seguro que la semana que viene las bolsas van llenas", asegura esperanzada esta especialista, que como todo el sector tiene puesta sus esperanzas en la ayuda o impulso de esta feria para paliar un poco la crisis que afecta al libro desde los primeros meses del año.

Así, entre una tormenta que otra, calor y sol, hoy algunos autores han desgastado sus bolígrafos con sus dedicatorias, como es el caso de un clásico, Francisco Ibáñez, quien debajo de una Jaima no ha parado de firmar sus Mortadelos a las decenas de incondicionales que esperaban su turno.

Javier Marías ha sido otro de los más requeridos por un público que guardaba un larga cola para que les firmasen ejemplares de Los enamoramientos , al igual que Maruja Torres que dedicaba su último libro Fácil de matar o Rosa Montero, con Lágrimas en la lluvia , y Eduardo Mendoza con Riña de gatos , premio Planeta.

Otra clásica, con miles de incondicionales, Almudena Grandes, como Javier Sierra o Julia Navarro han compartido caseta con Manuel Vicent, Angeles Caso, Benjamin Prado o José María Guelbenzu, y con con dos autores que se han colocado de la forma menos inesperada en las listas de los grandes best seller y no se bajan. Se trata de María Dueñas , con su primera novela El tiempo entre costuras que sigue arrasando y supera el millón de ejemplares vendidos, y Eloy Moreno que ha hecho de El bolígrafo de gel verde , un fenómeno de ventas que comenzó su andadura en facebook y ahora publica Espasa.

Otro de los inesperados libros que está alcanzando protagonismo es el del escritor y periodista Ignacio Elguero, Al encerado (Planeta). Un retrato nostálgico de los colegios de los años 60, 70 y 80, por el que se cruza la memoria de personajes públicos.