"Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos", podríamos decir, parafraseando a Dickens, sobre la 92 ceremonia de entrega de los Oscar. Cada vez que Bong Joon-ho subió al escenario, era inevitable soltar una risilla floja, caer en el más gozoso descrédito y amar los Oscar. Por lo demás, fue otra gala interminable, en la que números musicales casi siempre de una épica trasnochada inocularon la somnolencia y la vejez prematura en el espectador. Como bien se señaló en Twitter, llegamos a esa gala con el cutis de Baby Yoda, pero acabamos arrugados como el Yoda más canónico. Aquí salvamos algunos momentos.

Janelle Monáe y su colección de favoritas

Janelle Monáe y su colección de favoritas

Por segundo año consecutivo, la cadena ABC y la Academia de Hollywood convinieron en prescindir de un anfitrión, en principio por hacer la gala más ágil y breve, lo que resulta en más globos oculares, lo que resulta en anuncios más caros. Les gustaría que la gala quedara por debajo de las tres horas, pero la de ayer llegó a los 215 minutos, doce más que la del 2019.

Por segundo año consecutivo, la gala comenzó con un número musical que superó en todos los sentidos al protagonizado por los Queen de Adam Lambert. Tuvimos a la artista de R&B futurista Janelle Monáe haciendo de Mr. Rogers (el icono de la tele infantil al que interpreta Tom Hanks en 'Un amigo extraordinario') y liderando después a una 'troupe' con 'looks' inspirados en películas injustamente olvidadas por la Academia, entre ellas 'Yo soy Dolemite', 'Nosotros' o 'Midsommar'. Es como si hubieran dado carta blanca a Monáe y ella hubiera dicho: "No me importan vuestros votos, esta es mi colección de favoritas".

La risa infantil de Bong Joon-ho

La risa infantil de Bong Joon-ho

Fue quizá el clip más compartido y comentado de la noche en redes: mientras Han Jin Won, su compañero en la escritura de 'Parásitos', agradecía ese Oscar al mejor guion original, Bong Joon-ho permanecía en un discreto segundo plano, como si estuviera solo en la habitación, miraba fijamente la estatuilla y empezaba a reír incrédulamente. No, no era la risa cínica de alguien asombrado por recibir un premio de un sistema oligárquico y capitalista por su película antioligárquica y anticapitalista. Era pura, llana, infantil emoción.

Eminem, 17 años después

Eminem, 17 años después

No hace falta que saquen la calculadora: no, este año no se cumple ningún aniversario relevante de '8 millas', esa especie de 'Rocky' hip hop (bueno, Rocky perdía) con Eminem interpretando a una versión ficcional de sí mismo. La invitación al rapero para interpretar 'Lose yourself', tema principal del filme, fue una decisión tan arbitraria y acertada como el popurrí sobre el uso de temas pop en el cine que la precedió. La canción consiguió despertar (un poco) del letargo de esfinge a Billie Eilish, y también a Idina Menzel, o al nuevo novio de Brie Larson. Eminem arreglaba así, de paso, su relación con la Academia: cuando el tema recibió el Oscar en el 2003, el rapero pasó de actuar porque le obligaban a hacer una versión censurada.

El discurso de Joaquin Phoenix

El discurso de Joaquin Phoenix

Según algunos rumores bastante fundados, Brad Pitt no se marca él solo esos carismáticos discursos, sino que, cual político masivo tradicional, paga a otros para escribir sus palabras. Siempre nos quedarán discursos como el de Joaquin Phoenix, una diatriba obviamente no escrita por otros y obviamente no muy ensayada en la que se dedicó básicamente a recordarnos todo lo que va mal del mundo: demasiado racismo, demasiado egocentrismo, demasiado poco veganismo Y sigue (seguimos) echando en falta a su hermano River.

El 'Yesterday' de Billie Eilish

El 'Yesterday' de Billie Eilish

Cantar alto no es cantar bien. Es solo cantar alto. Las voces no seducen solo por su potencia, sino por su carisma. Poniendo banda sonora al siempre temible segmento 'In memoriam' (temible por los fallecidos que descubres y por los que suelen dejarse), Billie Eilish se marcó un 'Yesterday' (The Beatles) virtuoso pero casi susurrado, bien acompañada por su inseparable hermano Finneas al piano. Y algo nos dice a muchos que el próximo año volveremos a verla en el Dolby Theatre, esta vez cantando el tema de la próxima de 007. Si Sam Smith pudo actuar e incluso ganar con la anodina 'Writing's on the wall' de 'Spectre', Eilish debería estar ya buscando hueco para su Oscar.