A los 9 años el hoy historiador Pere Ferrer Guasp oyó por primera vez el nombre de Juan March, y el personaje le produjo tanta curiosidad que le dedicó su tesis doctoral y varios libros hasta el último que acaba de publicar Ediciones B con el subtítulo de El hombre más misterioso del mundo .

"Es un personaje apasionante según lo conoces", afirma Ferrer Guasp, que define a quien fuera financiero de Franco, con una fortuna labrada en el contrabando, como un "obsesivo compulsivo". El dinero y las mujeres eran sus objetos de deseo enfermizo.

"Acaparaba capital, tal vez buscando la seguridad psíquica, y a las mujeres las trataba sin galanteo y sin cariño", dice el autor.

Juan March ha dado mucho juego como personaje literario pero Pere Ferrer aún ha encontrado algunos aspectos desconocidos que son los que hacen diferente esta obra que contextualiza la vida del personaje con las costumbres de la isla y la vida política y social de finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. En 12 años de investigación, el autor ha encontrado datos nuevos con los que poder armar la biografía en dos fuentes principales: un sacerdote familiar de los March y los archivos de Moscú a los que ha podido acceder tras la caída del régimen comunista.

Ferrer Guasp describe con detalle las relaciones de March con miembros de la Iglesia en su Mallorca natal, con los que hizo negocios. Uno de ellos, el padre Gabriel Palmer, confesor de la esposa de March que se quejó ante esta de que su marido no le había pagado una comisión por interceder en un negocio.

SERVICIOS SECRETOS En la capital rusa, Ferrer Guasp encontró documentos de los servicios secretos franceses, que los nazis trasladaron a Berlín cuando ocuparon París en la segunda guerra mundial y que los rusos encontraron después en la capital alemana cuando entraron. No se referían a esa contienda sino a la primera cuando los franceses consideraban a March enemigo número uno y le tenían sometido a estrecha vigilancia.