Dos músicos eternos y dos directores fascinados por sus leyendas. El festival de San Sebastián proyectó ayer dos películas biográficas con singulares coincidencias temáticas, aunque distantes en cuanto a enfoque narrativo: Camarón , un melodrama de corte clásico protagonizado por Oscar Jaenada, en el que Jaime Chávarri relata la redención del príncipe del flamenco, y Stoned , irreverente ópera prima de Stephen Wooley basada en la desaparición de Brian Jones, el creador de los Rolling Stone al que da vida un sorprendente Leo Gregory.

Ambas se adentran, con actores que logran un gran parecido físico, en las intensas, breves y conocidas vidas de seres idolatrados que buscaron su refugio en las drogas. Camarón murió en 1992 a consecuencia de un cáncer. Tenía 42 años. Brian Jones falleció en 1969. Acababa de cumplir 27 años cuando apareció en en una piscina ahogado en extrañas circunstancias. Pero el veredicto oficial fue el de muerte accidental, debida a la ingesta de drogas y al asma que padecía. Las sospechas apuntan a Frank Thorogood, un albañil encargado de las reformas en la mansión de Jones, al que según la versión de Wooley, se le escapó la mano en una noche de borrachera. Camarón es una biografía convencional, sin idas y venidas en el tiempo y con una puesta en escena fiel al cine musical de antaño. El guión suaviza los aspectos más ariscos de su vida personal.