La actriz y productora (Barcelona, 1966) presenta el retrato de una mujer actual de 40 años en ´Buscando a Hillary´, que hoy se representa en en Cáceres
El taxi llega al hotel de Málaga donde se aloja Blanca Marsillach. El martes y el miércoles pasados tenía función en esta ciudad. Hoy llega a Cáceres, con la gira de Buscando a Hillary , la comedia que ha escrito su socia (Elise Varela) para la productora que ambas comparten en Madrid desde el 2003. La actriz, que empezó en el teatro con Matahari , de la mano de su padre, Adolfo Marsillach (del que ha montado Silencio... vivimos ), ha hecho teatro clásico, cine y televisión.
--En Buscando a Hillary , hay una mujer que triunfa pero, a pesar de ello, está insatisfecha.
--Porque tiene una percepción irreal de las cosas. Le llegan por un filtro lleno de miedos: a perder, a cambiar, a fracasar en la relación con su novio. Escucha las voces de su conciencia y estas son negativas. Así que un amigo la lleva a un retiro con la intención de que logre ahuyentarlas a través de la meditación.
--La obra habla de egos, pero para alcanzar el triunfo se necesita algo de ego.
--Sí, pero a veces uno se hace confesiones que no se haría si lo tuviera controlado, en equilibrio; de otro modo te juega malas pasadas y te machaca.
--¿Cómo salvar esa contradicción: querer triunfar y a la vez fracasar?
--Pues cambiando los pensamientos negativos por los positivos, que en mi personaje están marcados por el pasado y usa las meditaciones para salir de ellos.
--¿Cree en los efectos de esos tramos de edad tan definidos: los 20, los 30 y, en esta obra, los 40?
--La edad marca en determinados momentos. Y las mujeres somos muy emotivas, llevamos las emociones al límite, de manera que cuando se llega a la madurez esto influye, porque te planteas las cosas, y claro, no puedes hacer las que hacías a los veinte años. Aunque depende de la actitud con que uno las afronta. Mi personaje tiene una mala actitud.
--¿Usted también hace esos balances?
--Bueno, yo también tengo esos conflictos, los de las muchas Blancas que hay en mí; pero las tengo a raya.
--¿Y adónde conduce la búsqueda de Hillary?
--Eso no se puede contar. Solo diré que ella es una mujer ganadora.
--¿Y qué tal le va la experiencia de ser productora con teatro propio y actriz?
--Bueno, con mucho trabajo, pero muy bien. Sarna con gusto no pica.
--¿Por qué decidió producirse?
--Porque tenía ganas de hacer el teatro que me gusta.
--¿Y cuál es ese teatro?
--Pues una comedia como esta, con mensaje, que pueda trabajar con el director que yo prefiera, aun con limitaciones.
--¿Cuáles?
--Las económicas. El Ministerio de Cultura entrega cien millones de euros a los teatros públicos y a nosotros no nos da ayuda o la que nos da no sirve para montar un Shakespeare con quince personajes. Yo no puedo montar Noche de Reyes , que tanto me gustaría. Pero a pesar de eso he venido haciendo lo que quería.