Solo tres películas de dibujos animados --más un proceso de aprendizaje en los equipos creativos de series como Los Simpson y El rey de la colina --, le han bastado a Brad Bird para convertirse en uno de los grandes del cine americano actual y en el chico de oro de los estudios de animación Pixar. Ganó un Oscar por Los increíbles . Su nueva película, Ratatouille , le dará otro. Seguro.

--Ratatouille, como El gigante de hierro y Los increíbles , lo protagoniza un ser que no encaja en la sociedad. ¿Se considera usted un inadaptado?

--Creo que la mayoría de seres humanos nos sentimos un poco outsiders. En mi caso, tiene que ver con cómo me gano la vida. Todo el que trabaja en alguna rama artística se siente de vez en cuando como un bicho raro, porque el arte no es considerado una forma seria de vivir. Sin embargo, es la esencia del ser humano. Eso no significa que todos tengamos que ser artistas, pero deberíamos enriquecer nuestras vidas con el arte.

--A los niños se les enseña que lo importante no es ganar, sino participar, pero Ratatouille parece defender lo contrario. También en eso se parece a Los increíbles .

--No exactamente. Ambas películas señalan la importancia del trabajo en equipo. Aunque también sostienen que algunas personas son mejores que el resto y que no deberíamos tratar de anular sus talentos, sino dejarlos brillar. Creo que el conformismo estimula la mediocridad.

--Por sus conflictos morales, parece la más madura de las cintas de Pixar. No encaja en los patrones del cine infantil.

--El cine de animación no fue concebido para los niños. Bugs Bunny fue creado a modo de aperitivo para la gente que iba a ver a Humphrey Bogart. No fue hasta los años 50, con la llegada de la televisión, que la necesidad de elaborar programaciones en horario infantil vinculó los trabajos de Chuck Jones y Tex Avery a los niños. Pero buena parte de ese humor está por encima de lo que un niño puede procesar.

--Pero una de las cosas que Pixar parece entender mejor que nadie es que ser un niño significa tener menos años, pero no ser idiota.

--Me gustaría es que la animación gravite hacia una mayor variedad de registros y temáticas, que se comprometa de forma más activa con el público adulto, y no se limite a ofrecer cucamonas, algo de acción, lecciones vitales del tipo "cree en ti mismo" y, sobre todo, merchandising.

--¿Y eso se consigue metiendo ratas en la cocina?

--Hay que tomar riesgos. Hollywood olvida que las películas de mayor impacto, cultural y comercial, han sido tradicionalmente obras poco convencionales. En su momento, La guerra de las galaxias fue una película radical. Y Spielberg sólo pudo hacer E.T. porque Tiburón habían sido un éxito. Hollywood tiende a copiar lo que ya ha funcionado en lugar de aventurarse. Y eso es especialmente grave.