Después de dos años ejerciendo en exclusiva como abnegada madre y esposa, la cantante Britney Spears se ha soltado la melena. A la princesa del pop, recién divorciada del también cantante y bailarín Kevin Federline, no hay fiesta que se le resista. Y para disfrutar de todos los placeres que casi había olvidado, va acompañada de Paris Hilton, la multimillonaria heredera del imperio hotelero. Ambas (en la fotografía), ataviadas con modelitos de escándalo, aparecieron ayer en numerosos diarios. Spears ya empieza a recibir críticas.