La cadena de pago Canal+ ha elegido un concierto del músico aragonés Enrique Bunbury para grabar la primera experiencia tridimensional de la televisión, una emisión que sólo podrán ver abonados a iPlus que tengan un terminal preparado para recibir la nueva tecnología.

El concierto, que se graba entre hoy y mañana en Madrid, se podrá ver el próximo 29 de mayo en Canal+ y también en los centros FNAC de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia y Sevilla.

Según ha explicado hoy el director de Canal+, Miguel Salvat, en un recorrido con periodistas por los estudios Desafío donde se ha instalado el plató -una tarima circular de 120 metros-, antes de la emisión del concierto se hará una programación experimental en 3D de dos corridas de San Isidro en directo.

La previsión de la cadena es continuar con las emisiones en 3D, primero, con películas, y después, coincidiendo con el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, algunos partidos de la Selección Española, pero la meta -ha indicado su director técnico, Adolfo Remacha- es un canal de emisión continua en 3D.

"Esto cuesta mucho dinero, pero estábamos obligados a ser la punta de lanza de las nuevas tecnologías; nuestros clientes son los abonados, no anunciantes -ha precisado Salvat en declaraciones a EFE- y creo que está demostradísimo que, con las nuevas tecnologías, hay que darse mucha prisa para subirse al carro".

La apuesta de la cadena coincide con la comercialización de los aparatos de televisión 3D, que se venderán a unos 2.000 euros, aún con la dificultad añadida de tener que usar gafas específicas para ver la compleja señal.

Técnicamente, el paso dado con la tele en relieve equivale al salto que se dio con el cambio del blanco y negro al color, en opinión de José María Aragonés, director técnico de "Apuntolapospo", una empresa catalana que ha creado el software necesario para "descifrar" las imágenes tridimensionales.

El realizador, con más de cuarenta años de experiencia, cree que la difusión de la estereoscopia será el verdadero choque: habrá que cambiar el lenguaje con la complicidad del espectador, afirma, "porque esto ya está aquí".

Ésa es también la opinión de Paco Plaza, director de "REC" y encargado de realizar el concierto de Bunbury.

"Es una disciplina diferente que requerirá un periodo de aclimatación, como cuando se inventó el cinemascope", ha dicho Plaza, quien destaca "el disfrute" de los planos largos en 3D, "los de 30 ó 40 segundos" que, ha dicho, enriquecen, aunque también suceda a la inversa: en los planos cortos, el 3D plantea sus limitaciones, ha explicado.

Para el concierto, un híbrido entre el videoclip y la retransmisión, señala Plaza, se ha contado con la implicación total del cantante, a quien se ha seleccionado por "su gran versatilidad" y por su variedad de registros.

Cantará 21 canciones en tres "escenas", siete por cada uno de los distintos ambientes del plató circular, "como tres quesitos", ha precisado Plaza: un cementerio, el escenario de un accidente aéreo y un motel de carretera.

El espectacular despliegue técnico incluye, además de carriles y grúas, nueve pares de cámaras -cada una registra el equivalente a la mirada humana, ojos derecho e izquierdo, a la misma distancia en que éstos captan la imagen-, una unidad móvil de Alta Definición y un set informático donde se mezclan las imágenes y se preparan para su envío a montaje.

El objetivo, resumió Remacha, es proponer a los espectadores un consumo audiovisual "totalmente nuevo y diferente" que te haga pensar que estás dentro de la acción, aunque, de momento, tenga que ser a través de unas gafas especiales.