Hasta en el cine independiente se cuela el romanticismo. Normalmente puede verse en festivales como el de Gijón, donde se programó ´Buscando un beso a medianoche´, uno de esos títulos sorpresa, menores si se quiere, realizado con poco dinero (390.000 euros) y con una nominación al premio John Cassavetes (palabras mayores para uno de los grandes cineastas independientes) a la mejor película de bajo presupuesto. Tanto que sus protagonistas, Scoot McCariri (´A dos metros bajo tierra´) y Sara Simmonds declinaron cobrar el suelo hasta ver si la película obtenía beneficios. El filme tiene relación con la vida de su director, que harto de esperar fortuna en Hollywood atravesó por una temporada desgraciada: perdió la novia, tuvo un accidente, le robaron el ordenador con dos guiones terminados... De manera que el personaje protagonista de ´Buscando un beso a medianoche´ llega a Los Angeles para intentar olvidar el peor año de su vida. Su mejor amigo le recomienda que inserte un anuncio personal en una sección de contactos. El mensaje es: ´Misántropo desearía conocer a misántropa´. Así conocerá a una mujer con sueños de actriz y que acaba de abandonar a su novio. Juntos vivirán las últimas horas del año.