El equipo de Piratas del Caribe vuelve a la carga. Pero ya no con barcos ni tesoros sino con trenes y, sobre todo, con una justicia por la que merece la pena cabalgar por todo el Lejano Oeste. Con el mal precedente de la baja taquilla que ha tenido en EEUU, ayer llega a nuestras pantallas (incluidas Cáceres, Plasencia, Badajoz, Mérida, Almendralejo, y Don Benito), El llanero solitario , donde el hiperactivo Johnny Depp (actor, guitarrista y pintor) deja sus rastas marineras y adorna su larga cabellera con plumas para ponerse en la (maquillada) piel de Toro, nativo americano y guerrero espiritual que se convertirá en la mano derecha de un enmascarado justiciero, un antiguo hombre de ley: Llanero Solitario (Armie Hammer, californiano de 27 años que tiene ahora su primer papel protagonista tras haber dado sus pasitos en grandes producciones, como J. Edgar y Blancanieves .

Puede que estemos ante una película maldita. Y no solo por su floja recaudación en los cines estadounidense (donde el fin de semana que se estrenó fue engullida por la segunda parte de Gru: mi villano favorito ) sino porque ya desde el principio empezó mal. El presupuesto creció tanto --la cifra aproximada ronda los 187 millones de euros-- que los estudios Disney decidieron pararla. El protagonista (Depp es uno de los actores mejores pagados de Hollywood) y el director (Gore Verbinski, que ganó el Oscar a la mejor película de animación con Rango ) decidieron bajarse el sueldo. Entonces, el estudio dio su beneplácito y el rodaje se puso en marcha, eliminando las escenas más caras.

MIRADA NUEVA Llena de persecuciones, tiros y explosiones, El llanero solitario supone, según los estudios Disney, una "nueva mirada" al mítico cowboy, nacido en la radio y en la televisión de los años 50. El éxito del programa fue de tal envergadura que se realizaron dos películas y otra serie de dibujos animados.

Uno de los espectadores televisivos más fieles fue un pequeño Jonnhy Depp, que siempre se quejaba del papel tan secundario del piel roja que acompañaba al enmascarado justiciero. Era prácticamente el sirviente del enmascarado, algo a lo que ahora el protagonista de Eduardo Manostijeras quiere hacer justicia. Y no solo dando vida a un Toro mucho más independiente sino mucho menos salvaje de lo que hemos estado acostumbrados a ver en el cine de EEUU. Depp lo lleva en la sangre ya que, según admite con orgullo, los antepasados de su abuelos eran indios.

Básicamente viril, El llanero solitario deja espacio también a las mujeres. El principal papel recae en Helena Bonham Carter, quien, por primera vez, comparte cartel de una película con Depp sin necesidad de que su marido, Tim Burton, sea el director. En esta ocasión, da vida a la dueña del burdel del pueblo.

Hace ya algunos años que España ha dejado de ser territorio importante (en términos de taquilla) para los estudios de Hollywood. Sin embargo, Disney tiene todavía la esperanza de que aquí no se repita la floja recaudación de EEUU (35,8 millones de euros en cinco días, números que en España son más que astronómicos, pero que en Estados Unidos no están a la altura). Según Depp, parte de la culpa la han tenido los críticos estadounidenses porque, en su opinión, se cargaron la cinta al hablar mucho más del alto presupuesto que de la película en sí.