Bajo un título como Maestros extremeños contemporáneos podrían adivinarse a priori algunos nombres: los de los pintores Godofredo Ortega Muñoz o Timoteo Pérez Rubio. Pero no los de Wolf Vostell o Eugene Smith. Y sin embargo ahí están, formando parte de una región sin afanes identitarios, capaz de dar acogida o volver singularles a determinadas figuras que en un momento de sus vidas o durante gran parte de ellas se vincularon a esta región, de manera que se infiltraron en ella y dieron forma a una expresión extremeña , si algo así puede existir. Desde ese lugar (prestado, podría decirse) es desde el que Vostell o Smith son mencionados como maestros extremeños. Así lo entiende el MEIAC de Badajoz, el centro de exposiciones de referencia en la comunidad autónoma, que ha incorporado esta muestra a su programa mirando a los fondos de su Colección Extremeña.

Maestros extremeños contemporáneos se inauguró a principios de septiembre con motivo de la iniciativa municipal de La Noche en Blanco y representa una especie de prólogo a una programación otoñal aún sin cerrar, según señala el museo. La selección de más sesenta obras recorre el arte del siglo XX, desde los años 20 hasta los 90, a través de Juan Barjola, Timoteo Pérez Rubio, Godofredo Ortega Muñoz, el Equipo 57, Luis Canelo, Eduardo Naranjo, Pablo Palazuelo, Wolf Vostell, Eugene Smith, Justo González Bravo, Juan Dolcet y Juan José Narbón.

DOS VIDEOS Y SERIGRAFIAS Al referirse a los artistas foráneos de esta colección, fuentes del museo señalan que "representan una particular aportación a Extremadura", lo que no cabe duda en el caso del alemán Wolf Vostell, cuyo museo de arte fluxus en Malpartida de Cáceres es uno de los centros más singulares de la región. De él figuran dos vídeos y las serigrafías de Le cri .

Más aún puede decirse de Juan José Narbón (del que se aporta una selección de dibujos), que se instaló definitivamente en Cáceres en los 60.

El caso de Pablo Palazuelo (con un óleo en la exposición) es también destacable. El pintor vivió y trabajó durante 10 años en la localidad cacereña de Monroy, cuyo castillo habilitó.

Fugaz, la presencia extremeña del fotógrafo Eugene Smith marcó, al modo en que lo hizo Buñuel en Las Hurdes (también presente en esta exposición), la imagen de una Extremadura rural, de luto. En los años cincuenta, el fotógrafo estadounidense viajó por España y realizó una parada en la localidad cacereña de Deleitosa.

El reportaje fotográfico que realizó se publicó en la revista Life y constituye uno de los documentos más reconocidos de la España de aquella época. De las imágenes extremeñas de aquel viaje, el MEIAC exhibe cinco.

NUEV PAISAJES Poco después, el fotógrafo catalán Juan Dolcet, en plena renovación de la fotografía documental en España, plasmó con un realismo social diversos lugares extremeños en la serie Valverde de la Vera, de la que se presentan en Badajoz seis fotografías.

Naturalmente, la mayor cantidad de obra corresponde a los creadores extremeños, en lo que podría constituir una especie de canon del arte en la comunidad autónoma en el siglo XX. Paradójicamente todos ellos vivieron (o viven) fuera de Extremadura: el expresionista Juan Barjola (presente en la muestra con dos tauromaquias y la obra Camerino ) murió en Madrid, Pérez Rubio (siete de las once obras que posee el MEIAC se han incorporado a la exposición) falleció en su exilio brasileño, y Ortega Muñoz (del que se han seleccionado nueve paisajes de los años 60-70) también murió en Madrid. En la capital española trabajan Luis Canelo (con cinco obras expuestas) y Eduardo Naranjo, del que se ha colgado su serie de Poeta en Nueva York y los dibujos preparatorios de esta obra. Y en Portugal vive el pacense Justo González Bravo, con dos obras expuestas.

En la muestra figuran ejemplos de producción audiovisual. Uno de ellos ha sido durante