Pierre Cardin vive en el Hotel Maxim´s de París. Y no porque los 900 productos que se fabrican con su nombre en 840 fábricas de todo el mundo no le dejen beneficios como para liquidar las hipotecas que necesite. El modisto marca compró el edificio de la rue Gabriel de la capital francesa y lo convirtió en su hogar. Desde este cuartel, el diseñador controla un imperio basado en la concesión de licencias y disecciona con el bisturí de la experiencia el sistema de la moda.

"Pocos diseñadores de hoy tienen un estilo propio. Solo buscan hacer desfiles espectaculares para vender accesorios. Antes era otra cosa. Chanel hizo un traje chaqueta, pero al menos lo hizo", aseguró el pasado jueves Cardin en el comedor del Maxim´s, que no es otro que el de su casa, antes de inaugurar la exposición de su sobrino, Rodrigo, un artista veneciano que muestra sus retrofuturistas diseños de interiores en la galería Revolution, que anteriormente fue una tienda de Cardin.

Diseñador independiente A la fiesta de presentación asistieron clientas de toda la vida del modisto y el actor Alain Delon, que representa la obra Sur la route de Madison, con Mireille Darc, en el teatro Marigny.

A sus 84 años, Cardin se niega a poner su fama al servicio de nadie que no sea él mismo. De momento, no se le pasa por la cabeza contratar a un diseñador junior para que reinvente su espíritu, como han hecho Nicolas Ghesquiere al frente de la casa Balenciaga, o el mismísimo Marc Jacobs, con Louis Vuitton. "Cuando me muera que hagan lo que quieran con mi nombre, pero hoy por hoy Pierre Cardin soy yo y Louis Vuitton, una maleta", ironiza el creador.

Cardin mantiene la mirada sarcástica y el verbo afilado a la hora de analizar el legado de algunos de sus compañeros de profesión. "Armani es tan elegante. Sus prendas están tan bien acabadas, tienen tanta calidad. Pero sin ninguna creatividad", lanza. "En cambio, Rabanne y Correuges rebosan personalidad. Reconoces sus diseños nada más verlos", analiza.

Con los jóvenes puede ser aún más crítico. "El éxito de Gaultier está basado en la provocación. Sus modelos enseñan el culo en la pasarela", sentencia sobre el genio que empezó, precisamente, como ayudante en su taller parisino. Cardin recuerda con afecto los años que pasó codo a codo junto a Christian Dior. "Su trabajo era buenísimo". ¿Y lo que ha hecho Galliano al frente de Dior? "Oh, Galliano es maravilloso. Hace unas cosas bellísimas. Esos vestidos divinos que no pasan por la puerta ni entran en el coche. Eso no es moda, sino teatro. Y me encanta", suelta con un profundo tono reflexivo que invita a la carcajada.

Cardin, que inventó el `pret a porter´ y la explotación de licencias, alardea ser un hombre marca y de firmar los cheques y contratos que salen de sus oficinas.