Carlos de Inglaterra, convencido ecologista, ha metido en vereda a su madre, la reina Isabel II, al menos en lo que a la causa verde se refiere. La soberana británica ha pedido a asesores en cuestiones ecológicas que la ayuden a convertir sus palacios en modelos medioambientales. La reina y su entorno emiten al año 3.751 toneladas de CO2, frente a una media de 10 toneladas por persona, según la organización que mide las emisiones.

Carlos anunciará en julio que tanto él como todo el personal de su residencia de Clarence House han conseguido neutralizar sus emisiones de carbono. Los asesores contratados por el palacio de Buckingham, residencia principal de la soberana, recomendarán, según se cree, cambios importantes en la conducción de los asuntos oficiales como la limitación del empleo de los helicópteros y los aviones.

Durante los dos últimos años, Carlos (en la foto, con su madre) ha compensado sus emisiones de CO2 con diversos proyectos.