Ni inquieto, ni desvelado. Carlos Saura, feliz de poder manejar el juguete de sus sueños en este nuevo reencuentro con Carmen, filme que rueda en Sevilla, explica con su semblante inexcrutable, que duerme tranquilo, a pesar de las reacciones que puede desencadenar el estreno, el próximo 23 de abril, de El séptimo día , adaptación libre sobre la tragedia de Puerto Hurraco (Badajoz) que acabó, en 1990, con nueve muertos tras el enfrentamiento entre dos familias rivales.

"Acabo de ver la película montada y estoy muy contento de como ha quedado. Y fíjese que lo digo yo que nunca suelo estar satisfecho al final de mis producciones", declara como alejando el fantasma de la polémica que se avecina. Claro que tiene muchas horas de vuelo. Desde que estrenó, en 1959, Los golfos han pasado casi 45 años. Tantos como para seguir proyectando sin prejuicios su mirada personal sobre cualquier tema que se le presente. Incluso, aunque en su cine alterna el cultivo de los mitos culturales con la crónica social, adentrarse en lo más profundo de la España negra.

UNA PELICULA ´APASIONANTE´ "Me metí en esta historia --dice-- porque Andrés Vicente Gómez, productor de la película, me pasó un guión de Ray Loriga sobre este drama. Enseguida me di cuenta de que podía hacer una película apasionante, pero no había nada deliberado ni otras cosas que se han dicho durante el rodaje".

Cuando trascendió la noticia del inicio de la filmación de la película en Otero de Herreros y otros pueblos de la provincia de Segovia, el consejero de Cultura de la Junta de Extremadura, Francisco Muñoz, arremetió contra el director calificándolo de "mediocre" por abordar un tema que ahondaba en el lado oscuro de su tierra. Rodríguez Ibarra, presidente de la Junta, también se mostró dolido por la decisión del cineasta y le acusó de querer "ganar dinero a costa de la leyenda negra de Extremadura".

Saura no cree que la polémica se haya aplacado, a pesar de que en su día invitó a los que le criticaban a conocer el enfoque de la historia y también a que esperaran a juzgarla después de ver la película. "¿Que si ésto se ha calmado? Espere, espere... Ahora estamos aguardando las reacciones tras el estreno. Veremos que pasa, pero tenemos un pleito por ahí y creo que vamos a tener lío", señala sin citar al querellado, el consejero de Cultura extremeño.

"Y no hablo ahora de Ibarra. No sé porque pero hay una sensibilidad extrema sobre este tema y alguien sugirió que debían que tener un control sobre el contenido de la película".

SATISFACCION Saura está muy satisfecho de su colaboración con Ray Loriga. "Ha sido muy amable conmigo. Cuando recibí el guión me dijo que hiciera lo que me diera la gana con él. Y lo he hecho, pero siendo respetuoso con las pautas marcadas". El director de Cría cuervos explica que ha planteado una versión muy libre de la historia, proyectando su visión personal. "Leí mucho sobre el caso, pero aún así no es fácil descifrar la realidad. Así que, para empezar, situamos la acción en un lugar diferente al de los hechos y cambiamos los nombres de los protagonistas, pero también porque yo quería que fuera así", matiza Saura para evitar coincidencias directas en la puesta en escena.

MAQUILLAJE En la ficción, los Pataspelás (los Izquierdo) y los Amadeo (los Cabanillas) han sido sustituidos por los Jiménez y los Fuentes. Una niña superviviente de la tragedia se convierte en el eje de la narración, que cuenta con amplio reparto en el que figuran, entre otros, Juan Diego, José Luis Gómez, Ramón Fontseré, Victoria Abril y Eulalia Ramón.

Saura, que acaba de regresar de Los Angeles donde ha asistido en el museo Getty a la proyección de Goya en Burdeos --"una experiencia increíble", dice-- se encuentra lleno de proyectos. ¿El próximo? Una película sobre Don Giovanni, de Mozart, otro de sus sueños cinematográficos.

Lo único que parece preocuparle es la situación en nuestro país. "Yo, como tengo la referencia del franquismo, siempre digo que España es maravillosa, pero ahora hay como freno, alguien que sujeta las riendas del caballo al galope. No sé si durará, pero no me gusta este clima de represión y vuelta atrás".