Estamos acostumbrados a ver brillar a Carmen Machi en papeles cómicos, pero como ya demostró en 'La mujer sin piano', también es una estupenda actriz dramática. Ahora vuelve a meterse en la piel de un personaje hermético en 'La puerta abierta', el debut en la dirección de Marina Seresesky, en el que interpreta a una prostituta que mantiene una relación conflictiva con su madre, a la que da vida Terele Pávez.

¿Cómo fue el origen del proyecto? Esta película es un regalo que nos hizo Marina Seresesky a Amparo Baró y a mí. Las tres coincidimos en la obra 'Agosto' y nosotras interpretábamos el papel de madre e hija. Ella escribió el guion de 'La puerta abierta' para las dos, pero justo en el proceso de preparación Amparo falleció. Y antes de morir, ella quiso que Terele hiciera su papel. Se lo legó, y ella ha hecho un trabajo impresionante.

¿Y qué fue lo que más le interesó de este personaje? Lo primero, la mirada de la directora. Su templanza, su sentido común, su respeto por la historia y su conocimiento de los personajes. La humanidad que desprenden. Ella propicia que las cosas ocurran, no aprieta con el tiempo, quizá porque es argentina. Además, me interesó que el personaje fuera en principio tan antipático. Es una mujer que no sabe gestionar el cariño porque nunca lo ha tenido. Y se ha quedado estancada en una zona de confort que es la amargura, metida dentro de una vida apagada y oscura.

¿Cómo se siente dentro de un registro dramático tan férreo? Yo es que siempre abordo los personajes desde el drama, lo que pasa es que si las situaciones son cómicas, se produce un efecto contrario. Pero para trabajar desde la verdad, hay que partir de la vida. Y la vida es siempre tragicómica.

¿Qué visión cree que da la película del mundo de la prostitución? Creo que lo normaliza mucho. Este año he interpretado tres personajes que eran prostitutas y les tengo mucho respeto. Esta película descubre cómo es su vida de puertas adentro y creo que ayuda a empatizar y entender una profesión que desde siempre ha producido rechazo social.

La puerta abierta es una película que se ha levantado de manera independiente. ¿Qué le aportan este tipo de proyectos más pequeños? Yo he tenido la suerte de trabajar en grandes y minúsculas producciones. Yo creo que estas últimas tienen una mirada más libre. Son películas que salen adelante por la necesidad de los propios creadores de contar una historia, con un instinto casi animal. El verdadero riesgo está en el cine 'indie'. Pero también son importantes las películas que crean industria. Y yo soy la mujer más orgullosa del mundo por haber participado en la película más taquillera del cine español.