No importa que vaya a cumplir 49 años. Carole Bouquet, vestida como para tomar el té en el Taj Majal, sigue hermosa, agradable y con ese punto de elegante frialdad muy francés que le permite, sin perder la sonrisa ni la compostura, eludir el tema que menos le apetece. "No quiero hablar de Gérard Depardieu. Es pasado", dijo esta semana cuando se le preguntó por su reciente expareja. La actriz callejeó por Barcelona aprovechando que el Instituto Francés y la Filmoteca le rinden un homenaje.

Bouquet no cree que cuando se empiezan a recibir homenajes es que se acerca el declive. "Espero que el futuro sea especial, igual de bueno que lo que he vivido", manifestó, avalada por una razón. "Tengo más proposiciones, y más interesantes, que hace 30 años, con personajes llenos de complejidad y vigor".

Y eso a pesar del mal momento del cine francés, "del europeo en general", aunque frente a los esquemas genéricos de las producciones estadounidenses, tiene "la oportunidad de hacer cosas muy diferentes, desde bruja a madre de familia". Además, prefiere "trabajar con la cultura propia". "No me identifico con el cine americano, sin papeles apasionados", aseguró. Ella fue la mujer que Luis Buñuel presentó como Ese oscuro objeto del deseo y una chica Bond en Solo para sus ojos. "Los dos papeles fueron difíciles, porque Buñuel me daba miedo, como gran director que era. Y la de Bond fue muy laboriosa". La diva fue, además, la imagen de Chanel, con anuncios como el de su transformación en Marilyn Monroe, que muchos recuerdan. "Eran buenos anuncios y servían para llegar a la gente".

EL PLACER DE LA COMIDA Bouquet va a aprovechar para "ver arquitectura". Y, por supuesto, "comer". No fue durante su larga relación con Depardieu cuando empezó a interesarse por los manjares. "Desde adolescente sentí el placer de la libertad y la curiosidad, que me llevó a tener mi propio vino en Sicilia, amándolo al 100%, como todo lo que hago", explicó.