Con una recatada camisa blanca y una falda clásica que destila el sello de la firma familiar, la hija de la diseñadora venezolana Carolina Herrera visitó el torneo de tenis Open Seat Godó, en Barcelona, y dejó claro que a ella y a su marido, el torero Miguel Báez, el Litri, les apasiona el mundo del toro pero que si en un futuro alguno de sus hijos, Olimpia, de 2 años, o Miguel, de 10 meses, les dicen que quieren ser toreros, ella contestaría: "Sobre mi cadáver. Y si es la niña, la enviaría a Siberia a un internado o un convento," bromea. Al Litri tampoco le hace gracia que continúe la saga taurina. "Mi marido sabe lo sacrificado que es", dijo.

A sus 30 años, es un clásico de las listas de las jóvenes con más estilo. "Desde los 16 años salgo entre las más elegantes, es un halago pero no me lo creo. Esas cosas no me las tomo en serio", aseguró.

Trabaja como asesora en los departamentos de imagen y perfumería del imperio familiar y en ocasiones también hace de modelo. "Recuerdo la primera vez. Fue cuando salió el primer perfume CH, tenía 18 años". En la pasada campaña de ropa CH, posó para el fotógrafo Mario Sorrenti y para el otoño, repite.

Su vida transcurre en un mundo que rebosa elegancia, una cualidad que ella describe como "algo absolutamente natural que no requiere esfuerzo". Y añade: "No se trata de comprar y comprar". Reconoce además que corren tiempos "en los que el punto de referencia son las celebrities. Pero muy pronto los diseñadores volverán a estar en su sitio", concluyó.