Hubo un tiempo en España en el que la gente no podía decir lo que quería. Y mucho menos cantarlo. De bailarlo, ni hablamos. Había que controlar la moralidad del pueblo. ¿Qué era eso de ir por ahí pidiendo descaradamente besos? Durante los años 50 y 60, los censores del Estado fascista se dedicaron a mirar con lupa las letras de las canciones hechas en España o importadas. Al menor atisbo de sensualidad, el tema era prohibido. El censor cogía un punzón y rayaba el disco. El tema "no era radiable".

Aquello sucedió, por ejemplo, con Bésame mucho , Ojos verdes o Pichi , al menos en RNE. Esas tres inocentes canciones están recogidas en Una historia de la censura musical en la radio española , un CD editado por el sello discográfico de RTVE y que incluye 39 libidinosos, irreverentes y pecaminosos temas. "Es para reírse... si no fuera porque en su momento nos hizo llorar", explica el ideólogo del disco, José Manuel Rodríguez, un histórico de RNE (35 años "en la casa") y un apasionado de la música.

Rodríguez cuenta que aquellos años fueron duros. Sin embargo, no fueron "nada" comparados con los que vinieron. En la década de los 70, la censura dejó en un segundo plano lo inmoral y se centró en lo puramente político. Fueron los años en los que se cortó las alas a los cantautores que pedían un mundo libre. En breve, el periodista publicará otro CD con una selección de temas prohibidos por ser cantados por voces rojas.

HORAS EXTRAS Los censores eran funcionarios de la Dirección General del Libro y del Ministerio de Información y Turismo, ubicado en el mismo edificio que Radio Nacional. A veces, se limitaban a marcar las letras con un lápiz rojo. Los más inflexibles cogían un punzón y rayaban el disco.

La paradoja es que RNE no podía emitir el tema prohibido, pero las canciones "no radiables" sí que podían ser escuchadas en casa o en fiestas privadas si uno tenía el disco.

Una historia de la censura musical en la radio española empieza con Bésame mucho , un bolero escrito por la mexicana Consuelo Vázquez y que fue considerado maligno por su letra y por su perezoso ritmo, que permitía pegarse en el baile. "No hay que olvidar --recuerda el autor de la recopilación-- que en alguna diócesis se prohibió y hasta se llegó a amenazar con excomunión a las personas que acudieran a los bailes públicos y bailaran bien juntitos". Sarita Montiel fue una de las perjudicadas por la censura de Bésame mucho , como le pasó a La Faraona con Mil besos . ¿El motivo? Ningún censor podía aguantar a Lola Flores incitando a hacer el mal. "Si es pecado amarte --decía la letra de la canción-- yo seguiré pecando".

Otra de las canciones incluidas es Himno al amor , de Edith Piaf, una mujer enamorada de un hombre casado, un pecado imperdonable en la España en blanco y negro.