El centenario del director y productor Otto Preminger, nacido en Viena el 5 de diciembre de 1906, devuelve a las pantallas el cine de este maestro con retrospectivas en Los Angeles de su obra, fuente de inspiración de otros estrenos, con obras tan destacadas como El hombre del brazo de oro (1955), filme dramático protagonizado por Frank Sinatra sobre un heroinómano, y Carmen Jones , adaptación musical de la ópera Carmen en un campamento militar negro.

Sin conseguir nunca la estatuilla, Preminger también aspiró en dos ocasiones al Oscar como mejor director, que ganó sin embargo Anatomía de un asesinato , como mejor filme En la memoria quedan Laura , el clásico del cine policiaco de 1944 con un tinte de misterio y romance, y El cardenal , con la que repitió su intento sin éxito en 1963.

Como asegura en su crítica Carrie Specht, de FilmJerk.com, Preminger es uno de estos genios de Hollywood que todo el mundo reconoce por su nombre, "aunque sin saber muy bien porqué".

Sin crear una escuela o un estilo único, el autor, que falleció en Nueva York en 1986 víctima del alzheimer, fue capaz de dirigir películas que "eran grandes por sí mismas".

Si los lazos entre Preminger y su propia carrera no saltan a la vista, sí lo hace la imagen de un realizador cuya figura pública fue el mismísimo cliché de lo que se espera de un gran director de Hollywood.

Calvo y grandullón, su presencia imponía tanto como las historias de su tiranía durante los rodajes, capaz de mantener en vilo a sus actores, pero también de sacar algunas de las mejores interpretaciones de ellos.

A Preminger también le gustaba jugar con los espectadores y parte de la grandeza de sus filmes recaía en la confianza que tenía en la capacidad intelectual de la audiencia.

Sin bajarse al mínimo común denominador, Preminger creó con cada filme cuadros cargados de detalle, seguro de que el público sabría leer la composición y extraer la información más importante de cada escena.

También revolucionó la industria con temas poco agradables para la época, como la drogadicción, y contando con actores negros en una industria blanca o contratando talento de la llamada "lista negra de Hollywood" durante los años dominados por la persecución política del senador Joseph McCarthy.