El multipremiado Eduardo Chapero-Jackson (Madrid, 1971) deslumbró con cortos como Alumbramiento , Contracuerpo y The end . Quizá por eso, porque las expectativas estaban muy altas, la acogida ayer de su primer largometraje resultó fría. El madrileño presentó en el Festival de San Sebastián --en una de las secciones paralelas a la competición oficial-- la esperada Verbo , una película que quiere ser tantas cosas (canto a la adolescencia inteligente y la educación emocional...) que termina despistando al espectador.

Hay mucho de Matrix en ella. También de rap y del mundo del graffiti. Los actores recitan en verso y El Quijote está presente en varias escenas... Una cosa está clara: Verbo es un filme peculiar, diferente y arriesgado. Se estrena el próximo 4 de noviembre.

A Chapero-Jackson se le comían ayer los nervios. "Me siento vulnerable", confesó. Sin embargo, fue profesional, se tragó la tensión y defendió una película en la que ha plasmado parte de su adolescencia. Consciente de la rareza de Verbo , el cineasta madrileño vino a decir que si uno no arriesga en su primera película ¿cuándo lo hace?

Con el suicidio de adolescentes como uno de los temas principales, Verbo narra la experiencia de una joven que es algo así como una muerta en vida porque no le gusta su día a día (padres, colegio, amigos...) y busca algo más allá. A la hora de explicar la película, Chapero-Jackson destacó que él mismo fue un adolescente con muchas dudas: ¿quién eres? ¿de qué va el mundo? ¿por qué me hacen estudiar esto en el colegio? Todas esas preguntas, que, en su día, llegaron a saturarle, las ha plasmado en modo de fábula en Verbo , que bebe de fuentes como Alicia en el país de las maravillas y El viaje de Chihiro .