Francisco Contreras, alias Niño de Elche, inventa un paisaje sonoro tan flamenco como latino, con trazos de seguiriya y de cumbia, poso tribal y planos lisérgicos de la mano del colombiano Eblis Álvarez (Meridian Brothers). ¿Viaje de ida y vuelta? Más bien confluencia animal para la era de Skype. El disco es propio de un músico que no tiene fronteras musicales y que es capaz de emocionar tocando ante dos o ante mil personas.