La defensa más inesperada de una nueva película salió ayer de la boca de Francis Ford Coppola, el cineasta que dirigió la saga de El padrino y Apocalypse Now . Coppola, de 68 años, presentó ayer en Roma a la prensa internacional su último filme, Youth without youth (Juventud sin juventud ) cuando dio su respuesta a un gélido aplauso. La película, dijo, necesita "tiempo", porque cuando se hace "una obra nueva, que no es una copia de las que ya se han hecho, hace falta que la gente decida si es buena o es mala". Y agregó: "Esto no es Shrek o Spiderman ... a veces ha llevado tiempo que la gente acepte las grandes obras de la música, de la opera, de la literatura".

Y es que el exitoso artista lo sabe. Tras 10 años de silencio (su anterior trabajo fue Legítima defensa , en 1997) ha elegido una forma muy peculiar de volver a escena. Lo ha hecho de la mano del escritor y filósofo rumano Mircea Eliade (1907-1986), un experto en la lengua y religión hindú, pero que también se ocupaba de brujerías, ocultismo y alquimias asiáticas.

Interpretada por Tim Roth, Alexandra Maria Lara, Bruno Ganz y André Hennicke y ambientada en su mayoría en la Rumanía de la segunda guerra mundial, Youth without youth es efectivamente una historia metafísica. Narra la vida de un profesor de lengua de 70 años, que se quiere suicidar pero que, al final, se salva de milagro y despierta más joven e inteligente. Sin embargo, sus nuevos poderes intelectuales, así como una renovada belleza, atraen a los nazis, que lo quieren utilizar en su provecho, lo que obliga al profesor a ser un fugitivo.

LOS SIMBOLOS "La acción es muy fácil, se representa a sí misma, mientras que el pensamiento no, por lo que hay que buscar una forma exterior para representarlo. En cualquier película de este tipo, la riqueza viene en la riqueza de los símbolos, imágenes e ideas que interactúan", dijo el montador del filme, Walter Murch. Los símbolos y las imágenes, explicó el director, pretenden explicar "la conciencia del tiempo y el origen del lenguaje a lo Borges".