Si la sección oficial del festival de Cine de Málaga se inauguró con una comedia blanca, el espacio dedicado a los largometrajes más arriesgados (Zonazine) arrancó con una fresquísima, atrevida y divertida película de espíritu pop en la que, entre otras cosas, Cristo baila y canta. Miss Tacuarembó, ópera prima del chileno Martín Sastre, experto en obras videográficas, lleva al espectador a un parque temático religioso (existe en la vida real en Buenos Aires) donde una joven aspira a convertirse en estrella de la canción.

A pesar de que, hace días, se anunció una protesta por parte de colectivos católicos, el filme se estrenó ayer en Málaga con colas de espectadores. "No sé por qué los colectivos religiosos han protestado. Deben de estar muy aburridos", manifestó ayer la actriz Rossy de Palma, que da vida a la presentadora de un morboso programa televisivo. "Me he fijado en varias periodistas para interpretar mi personaje", aseguró la actriz después de dejar claro que la telebasura solo es "el reflejo de la sociedad en la que vivimos".