En 1965 Carlos Saura rodó La caza gracias al millón de pesetas que le prestó su padre (el otro millón lo puso el productor Elías Querejeta). En 1980 Pedro Almódovar sableó a sus amigos y consiguió las 400.000 pesetas que necesitaba para comprar el negativo y poder hacer Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón . Sirvan estos dos ejemplos para constatar que, en el mundo del cine, el micromecenazgo ha existido siempre. Pero es ahora, con un país sumido en la crisis económica y una industria cinematográfica muy tocada, cuando el término ha estallado: crowdfunding . Y lo ha hecho de la mano de internet, que convierte a cada usuario de la red en un potencial micromecenas que pone su granito de arena (desde un euro en adelante) para levantar una película. ¿Es el crowdfunding la salvación de un cine español que cada vez más está abocado al low cost ?

Almodóvar lo tiene claro: "Si tuviera 20 años y quisiera hacer cine, haría cortos y los colgaría en internet. Pero si un director hecho y derecho tiene que encontrar financiación así es un método muy precario". Otro número uno del cine español, Alex de la Iglesia, opina que el crowdfunding es un sistema más que interesante, incluso para los consagrados. El problema, en su opinión, es de poderes. "Hay gente a la que no le interesa que la industria del cine cambie porque pierden su liderazgo. Pero Woody Allen, por ejemplo, en vez de convencer a ayuntamientos por todo el mundo para conseguir dinero podría financiar su película en un día si hiciera crowdfunding . Pero hay mucha gente que no quiere que eso ocurra porque desaparecerían los intermediarios". ¿No descarta el director de El día de la bestia recurrir al crowdfunding un día? "Lo descarto porque tengo miedo a las represalias", responde.

Tres meses es el plazo que se ha dado Manuel Velasco (hijo de Concha Velasco) para conseguir micromecenas y levantar su primer largo, Bloody west , "palomitera cinta de terror" que tiene previsto rodar en Almería. Mientras que una película al uso en el cine español cuesta entre 2 y 3 millones, el presupuesto de Bloody west es de 200.000 euros, de los cuales Velasco pretende obtener vía crowdfunding 30.000. De momento ya tiene 10.000. Hay cinco mecenas que le han dado 1.000 euros. Dos de ellos son buenos amigos de Velasco, que no quiere pedir ni un solo euro a sus familiares.

SIN COBRAR En el caso de Bloody west , el micromecenazgo en internet no es solo una vía de financiación sino un escaparate, una manera de hacer una campaña de publicidad. Estar todo el día en las redes sociales anunciando el crowdfunding de la película ha servido para que un productor (ortodoxo) se interese en el proyecto, en cuyo reparto están nombres como los de Michelle Jenner, Mar Clotet y Raúl Arévalo. Ninguno de ellos cobrará. Solo lo harán cuando la película dé beneficios (si los da).

Tampoco ha cobrado ninguno de los actores de Stockholm , película low cost que salió del Festival de Málaga con tres premios: director, actriz (ex aequo) y guionista novel. Antes de comenzar a rodarla, su realizador, Rodrigo Sorogoyen, reunió 45.000 euros de amigos y familiares. Con el rodaje en marcha consiguió a través del crowdfunding 13.000 euros. Nadie cobró. Todo el equipo capitalizó su sueldo, que cobrarán cuando la película dé beneficios (si los da).

Otro director que concursó en Málaga fue Jorge Naranjo. Y lo hizo con su primera película, Casting , que cosechó premios para todos los actores. El realizador sevillano se autofinanció con 6.000 euros. Cuando estuvo a punto de tirar la toalla apareció un productor alemán. "Nosotros sí que hemos sido rescatados por Alemania", bromea.

DEL 'LOW COST' AL 'NO COST' Para otra de las directoras que salió victoriosa de Málaga, Gracia Querejeta, el crowdfunding no es ni ninguna solución. "El cine es una profesión. Y debemos vivir de nuestra profesión. Yo no me lo puedo permitir, tengo facturas que pagar. Otra cosa --añade-- es que la gente, antes de quedarse en su casa y no hacer nada, opte por realizar un filme con este método. Pero parece que esta época sea no ya del cine low cost sino del no cost ".

Un director que acabó harto del crowdfundig y la capitalización de sueldos es Alfonso Sánchez, que utilizó ambas vías para levantar El mundo es nuestro , una de las películas más estimulantes del 2012. Finalmente, el filme ha tenido un beneficio neto de 17.000 euros. "No sé si repartirlo o hacer una fiesta", bromea el director, que ya está escribiendo la secuela, El mundo es suyo , para la que necesitará dos millones de euros. Sánchez tratará de conseguirlos por vías ortodoxas: una televisión, un productor y marcas patrocinadoras.

OBLIGACION PUBLICA A Rubén Romero Santos, profesor de Nuevas Tendencias en Audiovisual de la Universidad Carlos III, el crowdfunding es un sistema que le preocupa. Primero porque defender y promover la Cultura es una obligación legal del Estado. "Es como si, hablando de sanidad, todos los ciudadanos contratáramos una mutua. Al Estado ya le va bien pagar menos, pero ¿qué pasa con su compromiso de servicio público?". El profesor también muestra su escepticismo respecto a las plataformas digitales que gestionan el crowdfunding y que tienen ánimo de lucro, algo que, en su opinión, hace que el sistema se convierta en un negocio y el concepto se pervierta. Romero Santos concluye con una reflexión: "¿La gente no tiene dinero para pagar una entrada de cine pero sí para pagar películas?"