Es uno de los artistas más influyentes de la era pop, y discos como Ziggy Stardust , Aladdin sane o Heroes siguen resultando inspiradores para artistas de las más variadas escenas. Pero, en estos tiempos de revival permanente y de regreso cíclico de la mayoría de clásicos del rock, sorprende su ausencia. Sí, David Bowie se ha retirado discretamente del mundo de los creadores desde que, el 25 de junio del 2004, interrumpió su Reality tour por un súbito dolor en el pecho que recibió el diagnóstico de ataque al corazón.

Su ausencia no solo es llorada por los fans , sino que estimula movimientos reivindicativos por parte de músicos de extracciones diversas. A mediados de febrero verá la luz un doble disco de homenaje, aún sin título y con fines benéficos (sus ganancias irán a parar a War Child) que reúne una treintena de adaptaciones de otros tantos clásicos de Bowie. Por supuesto, la mayoría de las canciones elegidas proceden de su década de oro, los 70.

En paralelo, la obra clásica de Bowie protagoniza una enésima ola de reediciones, esta vez más ambiciosa que de costumbre, con dobles compactos completados con rarezas. Tras el reciente rescate de David Bowie (1969), el álbum posteriormente conocido como Space oddity , este mes le toca el turno a la obra precedente, también homónima, de 1967. Es el debut de Bowie, ampliado ahora con su versión integra en sonido mono y el contenido de sencillos primerizos como Rubber band y Love you till Tuesday .

La próxima reedición plantea un salto temporal y tendrá como fin el álbum Station to station (1976), que marcó su transición del soul-funk a la electrónica germánica.