Las toneladas de cartas, manuscritos, fotografías y ejemplares acumulados durante medio siglo por la agente literaria Carmen Balcells hasta sumar 2,5 kilómetros lineales están viajando en camiones estos días a Alcalá de Henares, tras su adquisición por parte del Ministerio de Cultura a cambio de tres millones de euros. Y muy probablemente se quedarán allí definitivamente, convertidos en el núcleo de un nuevo centro de documentación del Estado que pretende agrupar, digitalizar y difundir otros muchos archivos de autores o editoriales españolas. El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, aclaró ayer que la voluntad de la agente literaria más influyente de España y madre nutricia del boom latinoamericano es que "su legado se mantenga como una unidad" dentro del futuro centro, cuyo ubicación parece que no estará muy lejos del Archivo General de la Administración de Alcalá, donde está en depósito para ser inventariado. "La ministra lo decidirá en los proximos meses, pero la ciudad natal de Cervantes podría ser un buen sitio".

El objetivo del departamento es que ese nuevo centro "preserve los archivos de editoriales y libreros, por los que en España no ha habido mucho interés", además de futuros legados de manuscritos y correspondencia de escritores. La numerosísima documentación de este tipo de la que ya disponen instituciones como la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional o los archivos de Simancas o Alcalá no se trasladaría, pero el nuevo centro sería el que "pondría a disposición de los estudiosos toda esta información".

La puesta en marcha de este centro podría enterrar definitivamente la idea de crear un centro que agrupase en Barcelona la documentación generada en la que aún es la capital editorial del país.

"La riqueza del archivo Balcells es extraordinaria y de ámbito iberoamericano, contiene documentación de cinco premios Nobel y otros archivos que adquirió como los de Miguel Angel Asturias y Paul Bowles", apunta Blanco.