Sin ser la película que inventó el slasher -podemos hablar antes de Blood feast, de Herschell Gordon Lewis-, esta obra capital de John Carpenter apuntaló las reglas del subgénero con especial precisión y es hoy todavía objeto de imitación. Cada visionado acaba igual: en asombro. Se puede acompañar de la secuela tardía de igual nombre del 2018.

‘Streaming’ en Filmin y Vodafone TV