Superman. La creación de un superhéroe recuerda numerosas notas curiosas, como la caza de brujas contra el cómic, en 1954, del psiquiatra Fredric Wertham: lo acusó de fascista y nazi por ser una superraza, cuando Siegel y Shuster, judíos, en sus páginas habían llamado a EEUU a entrar en la guerra contra Alemania y dibujaron al héroe cogiendo a Hitler con un brazo y a Hirohito con el otro.

No falta "la leyenda urbana de la maldición de Superman", que culminó con el accidente hípico de Christopher Reeve, que le dejó tetrapléjico, pero que ya alimentó George Reeves, que lo encarnó para la tele en los años 50, al ser asesinado, supuestamente por un mafioso con cuya novia había tenido una aventura.

Hasta el serial radiofónico el Daily Planet se llamaba Daily Star, el diario de Toronto donde trabajó Siegel; Metrópolis está basada en su ciudad natal, Cleveland, y en el nombre del filme de Fritz Lang; y Clark Kent, por los actores Clark Gable y Kent Taylor, es clavado a Harold Lloyd e inspirado en el Douglas Fairbanks de La marca del Zorro.