David Bowie, el comandante Tom de Space Oddity e icono andrógino de Ziggy Stardust ; el torturado visionario vanguardista de Héroes y la estrella global de Let´s dance , cumplirá 60 años el lunes y, por primera vez en mucho tiempo, no acumula sobre la mesa proyectos discográficos. El cantante ha desviado su actividad hacia el cine: El truco final (El prestigio) , que se estrena en España el 12 de enero, marca su entrada en la sesentena mientras su mito sigue agitándose desde diversos frentes, ya sea reediciones discográficas o nuevas biografías.

Si, hace una década, Bowie celebró los 50 con una demostración de poder, invitando a Lou Reed, Sonic Youth, Billy Corgan y Robert Smith (The Cure) al Madison Square Garden, ahora no hay lugar para fastos. La agenda médica aconseja prudencia desde que una obstrucción arterial causó la suspensión de buena parte de su gira del 2004. Desde entonces, no ha habido noticias sobre nuevas singladuras musicales. Archivado queda, por ahora, su proyecto Toy , con regrabaciones de canciones de los 60.

Su faceta de actor ha sido, por lo general, objeto de ironía, pero Bowie nunca la ha aparcado. Su nuevo intento es El truco final (El prestigio) , anunciado como un thriller neurótico de Christopher Nolan (Memento, Batman begins ) donde comparte créditos con Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johansson y Christian Bale. Es la adaptación de una novela de Christopher Priest ambientada en el Londres de finales del siglo XIX y que gira en torno a dos magos que rivalizan para lograr el reconocimiento público.

REEDICIONES A la espera de noticias sobre su próximo disco (Reality tiene más de tres años, un período de inactividad sin precedentes en su trayectoria), es tiempo de reediciones. Su obra completa está lista para ver la luz en un nuevo formato para coleccionistas, el mini-vinilo. La primera entrega, el 22 de enero, incluirá sus seis primeros discos, desde Space oddity hasta Pin ups , a la que seguirán, por ahora, otras dos, el 5 de febrero y 5 de marzo, que concluirán con el primer disco de Tin Machine, de 1989.

Además, el 19 de marzo saldrá a la venta una edición especial de Young americans en formato doble. Antes, el 29 de enero, su película The man who fell the earth será objeto de una reedición en un DVD doble con una entrevista con su director, Nicolas Roeg. Y estos días está en la calle un CD single de David Gilmour, ex-Pink Floyd, con dos versiones de Arnold Layne, del fallecido Syd Barrett, con la colaboración vocal de Bowie; una de ellas, grabada en el 2006 en directo en el Royal Albert Hall.

También florece la literatura bowiana, pese a los recelos del artista, que siempre se muestra frío y desconfiado ante biógrafos. El título más destacado procede de su entorno: Tony Visconti, productor de algunos de sus discos más celebrados de los 70 (y recuperado en su breve obra del siglo XXI), firma el prometedor Bowie, Bolan and the Brooklyn boy , con prólogo de Morrissey, que sale a la venta en febrero. Visconti rastrea su arsenal de vivencias no solo junto al duque blanco sino con roqueros como T. Rex, Iggy Pop y The Wings.

Por su parte, Geoff MacCormack (corista y bailarín que colaboró con Bowie en los 70) acaba de publicar From station to station , sobre sus experiencias con el camaleón. Y, en otro plano, Peter Haywood firma Catching a falling star , un novela centrada en un fan obseso del cantante.