Hace unos años los autores estábamos condicionados por el formato de edición: o el álbum franco-belga o el cuadernillo de superhéroes americano. Ahora el formato desaparece, la historia ya no está ceñida a él y si esta te lo pide puedes hacer 250 o más páginas. E igual que un novelista, puedes contar la historia como quieres. Es una puerta abierta a la libertad creativa --explica Rubín, autor de los dos volúmenes de El héroe--. A nivel colectivo habrá que dejar pasar un tiempo para ver cómo se asienta, pero lo cierto es que ha brindado un nuevo modo de entender el cómic en el que cabe todo, tanto temática como gráficamente, y que atrae a más público.