El peso de la pintura en los premios de arte extremeños sigue siendo considerable. Apoyo a los nuevos creadores, indicador de los rumbos artísticos actuales, certámenes como el Salón de Otoño de Caja de Extremadura, el de la Asamblea de Extremadura (convertido en bienal), el Eugenio Hermoso o el Timoteo Pérez Rubio remiten a una comunidad de arraigo pictórico. Estos dos últimos certámenes llevan el nombre de pintores relevantes para la historia cultural de la región, especialmente el Pérez Rubio, cuyas obras se exponen actualmente en la sala Vaquero Poblador de la Diputación de Badajoz, y que ha ganado la extremeña Verónica Bueno.

"Los artistas necesitan de lugares para exponer y de un apoyo a su creación", afirma Román Hernández Nieves, director del Museo de Bellas Artes de Badajoz y jurado del premio Timoteo Pérez Rubio.

Estas necesidades las viven en sí mismas creadores como la propia Verónica Bueno o Valentín Jaramillo (ver entrevista en la página siguiente), ambos de carreras incipientes, y que dependen de premios o becas como las Francisco Zurbarán, que concede la Consejería de Cultura extremeña, para afirmar su dedicación. "Los premios son una posibilidad de abrirte al mercado", afirma Bueno. Ella se ha llevado 5.000 euros del premio extremeño, y la obra que presentó, Paseo hacia la ruina o la lamentable conquista de los cerdos locos , ha sido adquirida por el Ayuntamiento de Oliva de la Frontera, convocante del certamen y lugar de nacimiento de Timoteo Pérez Rubio.

Los efectos de la crisis económica se han percibido también en este galardón, señala Hernández Nieves, ya que ha obligado a recortar el presupuesto y prescindir de la compra de uno de los tres cuadros que cada año pasan a formar parte del patrimonio público.

A esta undécima edición se han presentado 31 trabajos de "toda España", entre los que el jurado escogió dos para premiarlos, el de Bueno y Primer grito , de la almeriense Pepa Satué. La dispar procedencia de artistas convierte al premio "en un barómetro de lo que se está haciendo actualmente", explica Hernández Nieves. ¿Y qué se está haciendo? Este componente del jurado menciona obras con un realismo alejado del hiperrealismo, la presencia en las pinturas de fotografía o de un tratamiento fotográfico, como en el caso de la obra ganadora, otras con un geometrismo abstracto y representaciones de la ciudad o de entornos urbanos, más otro conjunto de obras "más personales, difíciles de definir".

La exposición apunta implícitamente una reivindicación de la pintura, en un momento de emergencia artística en las nuevas tecnologías. "La pintura se defiende por sí misma", afirma Román Hernández Nieves. "Hay