La pasarela Cibeles se dividió ayer en dos. La carpa del Retiro acogió los desfiles de los últimos diseñadores de la Asociación de Creadores de Moda (a falta de Alma Aguilar y Juanjo Oliva, que desfilarán mañana) y el edificio de la ampliación del Centro de Arte Reina Sofía fue el escenario de la presentación de la colección de Ion Fiz.

El diseñador vasco ha vuelto a la capital una vez resueltas las desavenencias profesionales que le han impedido participar en Cibeles desde septiembre del 2005, cuando su socia le retuvo la colección y desfiló con prendas prestadas por clientas. "Ya hablé con Cuca Solana (directora de Cibeles) y me dijo que en cuanto haya un hueco, me llaman", explicó ayer. Su colección, inspirada en El mago de Oz, traslada la estética de los personajes a unos modelos que mezclan las formas limpias con otras mucho más futuristas.

Delfín no defraudó con una espectacular puesta en escena en la que explicó estar con una "mudanza de pensamiento" colocando cajas, percheros y maniquís. Sus líneas, marcadas por el trabajo de sastrería, presentaron como estridencia sus ya conocidas cuerdas --que sujetaban unas mantas que envolvieron el cuerpo de las primeras modelos, entre ellas Bimba Bosé-- o una reinvención del frac adaptado al cuerpo de la mujer.

La burgalesa Arzuaga ha empleado materiales tecnológicos, como la lana y la seda plastificada y acolchada para crear sus vestidos, tops y pantalones pitillo. Además, utiliza el pelo de caballo para construir tirantes, cinturones de abrigo y mangas.

Por su parte, la diseñadora Lydia Delgado partió de patrones masculinos para cambiar los chalecos y abrigos por batines y olvidarse completamente de las medias y los tacones para dar paso a los calcetines altos y los zapatos con cordones.