El escritor Miguel Delibes desentrañó ayer la influencia que en su obra literaria ejerció su faceta periodística, básicamente desempeñada en el diario El Norte de Castilla entre 1941 y 1963, hasta el punto de ayudarle "a descubrir la humanidad en el hombre y a decir muchas cosas en pocas palabras".

El novelista celebrará el próximo miércoles sus 87 años con la presentación de su obra completa (Destino-Círculo de Lectores) y la celebración de un congreso internacional que, entre el 16 y 18 de octubre, analizará en Valladolid las claves de su universalidad.

Una docena de libros, algunos tan significativos como La sombra del ciprés es alargada (1948), El camino (1950) y Las ratas (1962), dio a la imprenta el novelista vallisoletano mientras conjugó la literatura y la información hasta que en 1963 decidió retirarse de la dirección de El Norte de Castilla .

La censura sobre el periodismo, que a su modo de ver "sigue existiendo", fue una de las causas de esa deserción que décadas después recuerda como algo pernicioso: "Las censuras caprichosas de un hombre sobre otro hombre por conveniencia política son repugnantes", afirmó al evocar el férreo control informativo del régimen franquista.

La economía en las palabras, desde el punto de vista formal, y el calado humanista, en el plano argumental, constituyeron así la herencia que el periodismo legó a una obra literaria que suma cerca de setenta títulos publicados entre 1948 (La sombra del ciprés es alargada ) y 2005 (La tierra herida ), y que han reunido Destino y Círculo de Lectores dentro de una edición especial.

De entre toda ella, Miguel Delibes escogió como libro predilecto Viejas historias de Castilla la Vieja (1964), el más pequeño de todos, de apenas medio centenar de páginas, ya que "por su prosa, su paisaje, sus personajes, su movimiento y su sentido del humor, lo considero el más representativo de cuanto he escrito".

GENEROS Novelas, relatos breves, ensayos, artículos periodísticos y crónicas viajeras, entre otros géneros literarios, ha visitado el académico a través de sus libros, prácticamente de todo menos la poesía, que no ha tratado por no haberse considerado capacitado. "Nunca me atreví: veía a la poesía como un género superior o, al menos, fuera de mi alcance", reflexionó quien con tanto lirismo ha sabido describir a Castilla y sus gentes.

Se definió Delibes "como un narrador rural apasionado por la naturaleza", pero advirtió que sus temas "no se quedan en el melodrama de ricos y pobres", ya que "el dinero no es el problema, sino el cielo y la tierra. Eso es Castilla y su drama".