El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha logrado descifrar el contenido de las cartas encriptadas que se enviaron en 1502 y 1503 el rey Fernando el Católico y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, en las que usaban un código secreto compuesto por más de 200 símbolos. Las cuatro cartas pertenecen al archivo de los duques de Maqueda, quienes hicieron un préstamo al Museo del Ejército de Toledo para la exposición que organizó en 2015 dedicada a la figura del militar, según informó el secretario general técnico del Museo del Ejército, Jesús Ansón Soro.

Estas misivas, que se escribieron durante la campaña en Nápoles, «sorprenden por lo minucioso y detallado» de las instrucciones que el rey daba al Gran Capitán y que versaban sobre cuestiones tan dispares como el envío de tropas, cómo administrar la justicia y la recaudación y gestión de tributos. O, incluso, defendía que se debía impulsar el matrimonio entre las viudas del lugar y los militares españoles para que hubiera mayor integración social.

En la redacción se utilizaban más de 200 símbolos, que no corresponden a letras actuales, sino que son caracteres figurativos como triángulos, rayas y números. En ocasiones, uno de estos símbolos correspondía a una letra, en otras a otra letra o a una palabra entera o no significaban nada. Además, los signos se escribían sin separar por palabras o frases, para complicar el descifrado.

Ansón Soro explicó que el descifrado se ha visto facilitado porque en una estaba escrita una parte del texto desencriptado y aportó las claves para poder traducir el lenguaje encriptado.

También señaló que el secreto en las comunicaciones, tanto hace cinco siglos como a día de hoy, han sido y son «necesarias y fundamentales» y elogió el mérito de que este sistema de encriptación haya permanecido sin esclarecer todo este tiempo y que el CNI haya logrado «descifrar y desencriptar estos documentos».

Abriendo nuevas puertas / «En la situación histórica de aquel momento, en la guerra de Nápoles, que afectaba principalmente a Francia y España, pero también al Imperio Germánico, los Estados Pontificios, el Imperio Otomano y las Ciudades Estado Italianas, era fundamental mantener el secreto en las negociaciones en las estrategias militares e incluso en las traiciones. Y cualquier descuido en un punto podía dar al traste en las estrategias», señaló Ansón en la presentación del hallazgo.

La relación epistolar entre ambos era continua, ya que en esa época se podían tardar quince días en cubrir la distancia entre España y Nápoles,