Cáceres aprovechó ayer la jornada festiva con motivo de su patrón, San Jorge, para pasear entre los expositores de la Feria de Libro, en el paseo de Cánovas. Durante toda la mañana, y en menor medida por la tarde, los cacereños buscaron las últimas novedades literarias y también algunos de los títulos que se presentaron en la carpa destinada a tal fin, delante del quiosco de la Música. La jornada de ayer la protagonizaron tres autores extremeños con diferentes propuestas. Por la mañana, el autor pacense Jose Luis Gil Soto presentó su segunda novela, La colina de las piedras blancas . Es un relato histórico que parte del naufragio de la Armada Invencible frente a las costas de Irlanda y los avatares de quienes logran sobrevivir a la catástrofe. "Ese naufragio es una de las interrogantes de la historiografía española", reflexionó el autor.

Por la tarde se presentaron otras dos obras, la primera de ellas, De la aristocracia militar a la tiranía en la República , obra del catedrático de Filosofía pacense, Rafael García Santos. Tras esta se presentó La felicidad se llama Carlota , una obra se supone "una vuelta de tuerca al género policíaco", como la definió su autor, el maestro pacense Manuel García Torrado. La historia se centra en cuatro pacientes de un psiquiatra que emprenden la búsqueda de la secretaria desaparecida del doctor. "Es la búsqueda de la felicidad", afirmó García Torrado, que añadió, "la policía busca cosas escondidas, igual que la gente busca la felicidad".