Para contrarrestar las palabras del libro de Gabrielsson donde esta insiste en la escasa y distante relación de Stieg con su familia, "en 30 años, Joakim solo vino a nuestra casa un par de veces", el hermano ha difundido también estos días en la prensa sueca un e-mail que el escritor le envió tres semanas antes de morir donde, bromeaba sobre el futuro éxito que le auguraba una revista a la saga de la triología Millennium, y le instaba a ir a verle a Estocolmo y se despedía con un "Besos, Stieg".