«Lo llevo bien porque no me duele nada y no me falta nada -dice Maria Climent desde su Amposta natal-. Y mal porque mi única vida social es mi madre, con quien comparto casa en estas horas graves». La rutina de la autora de Gina no ha cambiado mucho. «Ya trabajaba desde casa y por internet porque soy community manager». «Vida normal, si no fuera por la psicosis de la pandemia y la sobreinformación», añade antes de recomendar Doctor Portuondo, de Carlo Padial (Blackie Books). «Tiene frases que podrían describir el panorama actual: El sillón desde el que me sentaba a esperar mi turno ofrecía unas vistas panorámicas a la desesperación humana espectaculares. Si hoy necesitamos algo es a alguien más angustiado que nosotros y que nos haga reír, como Padial, neurótico brillante. Aquí crea un mundo donde su ridículo lo sientes tú, y su absurdo y sus neuras. Y transmite una desolación vitalista donde entenderse es la base para hallar cierto encanto en la absurda existencia».