Pan, educación, libertad fue el grito de guerra de los estudiantes de la Politécnica de Atenas, cuya revuelta minó en 1973 el régimen militar griego. Es también el título de la última novela de Petros Márkaris (Estambul, 1937). En esta tercera entrega de su serie sobre la crisis griega, el comisario Kostas Jaritos persigue, en una Atenas traumatizada por la salida del euro y la suspensión de pagos junto con España, al asesino (¿serán izquierdistas radicales o los neonazis de Amanecer Dorado?) de un constructor, un sindicalista y un catedrático, antiguos militantes estudiantiles que se subieron al carro del poder. Exponentes de la generación de la politécnica, un colectivo, que, por lo que le han explicado al escritor, tiene "características similares" con la transición en España.

En Pan, educación, libertad , (Tusquets) Márkaris vuelca a martillazos, sin grandes sutilezas, su "enorme decepción" por esa generación, "que se aferró al poder político, sindical y académico en su propio provecho", y sus esperanzas por lo que puedan hacer sus hijos y nietos, "que han pagado los errores de sus padres".

"Es que lo que nos une a los países del sur de Europa no es un mismo carácter, un estilo de vida, sino los mismos errores. Tenemos errores en común", explica en Barcelona. Uno de ellos, el de los Juegos Olímpicos en Madrid, hemos estado a punto de repetirlo. "Los Atenas fueron el inicio del desastre, y puedo presumir de que ya lo avisé. Aún estamos pagando los créditos que debemos por aquella megalomanía, que nos hizo perder el contacto con la realidad". Ese olvidar los tiempos de miserias y necesidades ("estamos volviendo a eso") que no tiene solo como culpables a la casta dirigente. "Vivimos en una democracia, así que todos tenemos responsabilidades por lo que ha sucedido y lo que hemos votado. Aunque en Grecia el deporte nacional sea dar la culpa al otro", añade.

NOVELA EPILOGO Aunque todo indica que la serie sobre la crisis, concebida como una trilogía y abierta por Con el agua al cuello y Liquidación final , podría seguir indefinidamente, Márkaris aclara que se quedará en tetralogía: "Escribir Pan, educación, libertad fue agotador para mí: esta trilogía no ha sido un ejercicio de imaginación, la he vivido y visto con mis propios ojos, cada día. Habrá un epílogo, una cuarta novela que estoy escribiendo, Títulos de crédito , centrada en nuestros errores. Pero después no quiero volver a escribir sobre la crisis. Estoy harto. Viviré en ella pero no escribiré sobre ella. Escribiré novelas sobre Jaritos, su hija y su familia, pero no estarán centradas en la crisis". Porque, por supuesto, "Jaritos sobrevivirá a la crisis, pero no gracias a sí mismo sino gracias a su mujer, Adrianí, que sabe cómo garantizar la supervivencia de la familia". Como hacen tantos millones de griegas, sustituyendo a la "mamá Europa" que los jóvenes griegos creían que sería quien solucionaría cualquier problema y que ahora se sienta, pasiva, esperando a ver qué decide Alemania.

EL FIN DE AMANECER DORADO El peligro de los neonazis de Amanecer Dorado aparece en Pan, educación, libertad . Sin embargo, opina, la reacción que se desencadenó tras el asesinato de un cantante izquierdista ha cambiado las cosas: "Amanecer Dorado, como partido, está acabado. Por una vez el Gobierno ha actuado de forma rápida y enérgica, sus dirigentes están encarcelados, les cortarán las subvenciones, han destituido, trasladado u obligado a dimitir a muchos jefes policiales, lo que demuestra su grado de infiltración en la policía... Pero el problema es otro, es qué harán sus votantes en las próximas elecciones. Porque aún tendrían el 9% de los votos".

Esa radicalización sigue existiendo, entre extrema derecha e izquierda radical, entre partidos contrarios al memorando de la UE y resignados a cumplirlo... Por eso ha apoyado un manifiesto para crear un nuevo partido de centro izquierda. Porque la situación de Grecia, dice, "es un laberinto, y una vez te has metido dentro, lo has de seguir. El problema es que no sabemos dónde está la salida".