Stanley Jordan extrae sonidos de piano de las cuerdas de la guitarra y a Jonathan Kreisberg se le puede escuchar en La Lanterna, en el barrio neoyorkino de Greenwich Village cuando no está de gira.

Los dos guitarristas, desde concepciones musicales opuestas, son los nombres más relevantes del Festival Internacional de Jazz de Badajoz, que este fin de semana ha programado, además, la actuación del Juan Galiardo Trío y un concierto de alumnos participantes en un seminario organizado por Badejazz, la asociación responsable de este festival.

Los orígenes de Stanley Jordan (hoy en el teatro López de Ayala de Badajoz, 21.00) lo sitúan en las calles de Nueva York y Filadelfia como guitarrista. Un golpe de suerte, que vino de un ejecutivo del sello Elektra Records, le puso en el inicio de su carrera. Tras una audición, Jordan rechazó un contrato por considerar que no estaba lo suficientemente preparado. Año y medio después aceptó fichar por Blue Note .Pero Jordan no solo había atraído por su calidad sino por su forma de interpretar la guitarra, el denominado ´tapping´, un toque de cuerda con dos manos, que provoca la impresión de escucharse el sonido de dos o tres guitarras simultáneamente. Su primer álbum fue Magic touch (Toque mágico).

En la infancia del neoyorkino Jonathan Kreisberg hay recuerdos del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo. Tenía diez años cuando empezó a tocar la guitarra y al abandonar la adolescencia ya se había afirmado como músico de jazz en Miami, en cuya universidad estudió. Instalado de nuevo en su ciudad natal acompañó durante un tiempo a músicos como Lee Konitz o Joel Frahn. Al frente de su quinteto ha ofrecido conciertos dentro y fuera de Estados Unidos, como este de mañana (21.00) de Badajoz en el teatro López de Ayala.