El teatro extremeño ha perdido a uno de sus autores más destacados. El calamonteño Juan Copete (1961) se apagó el sábado a los 59 años en el Hospital Universitario de Badajoz tras una enfermedad agravada por una neumonía. Autor prolífico, también fue gestor cultural, filólogo y columnista ocasional. Algunos de sus artículos los dejó en las páginas de este diario.

«Copete era uno y era muchos, decía que el teatro, como toda la literatura, era mirar, y él miró al ser humano para reflexionar sobre la sociedad y escribir sobre la condición humana, con una mirada abierta que buceaba socarrona en la búsqueda de la verdad», indicó la Junta de Extremadura en una comunicado donde mostraba el pesar por su fallecimiento.

FINALISTAS EN LOS MAX / En el 2003 se dio a conocer con Soliloquio de grillos, una pieza que le permitió una gran difusión por centros de enseñanza y Casas de Extremadura. Un año después el grupo eatral Triclinium la escenificó con gran éxito bajo la dirección de Esteve Ferrer, llegando a ser finalista de los premios Max en la edición del 2005. La obra, representada en teatros de España, Portugal y Francia, habla de tres mujeres asesinadas que desde su tumba en una cuneta reivindican su memoria y el reconocimiento de sus vidas. La obra inspiró la película La luna ciega, de Pablo Nacarino.

La creación literaria de Juan Copete como autor dramático está vinculada a la obra Las Maduras, pronto continuada por Aguas tan frías que hielan el corazón, editada y representada en 1999.

La labor dramatúrgica de Copete también ha estado vinculada a la programación del Festival de Teatro Clásico de Mérida, para el que escribió algunos textos (Nundinae, Emiratalia y Las parcas, esta última en colaboración con Miguel Murillo), así como una celebrada adaptación del Miles gloriosus, de Plauto, para la edición del 2008, o su última participación con su versión de Las Tesmoforias, en el 2013.

Eventos históricos y celebraciones colectivas también atrajeron la escritura teatral de Juan Copete, como el largo texto dedicado a la Batalla de La Albuera en una suerte de épica de lo popular, o el texto de la representación del Paso de la Santa Cruz de Palomas.

El dramaturgo extremeño también firmó un experimento escénico como Estrebejí, espectáculo que él definió «entre teatro y flamenco, una reflexión poética y jonda».

Su último libro publicado fue Las 48 fábulas del emperador y su último texto que se llevó a escena fue la versión de La isla de los esclavos, estrenada en el pasado Festival de Teatro Clásico de Cáceres.

Entre sus títulos también figuran Madrecita del alma querida; Arcoiris; Al calor tibio del frío andén o Aullidos, obra, esta última, que habla de la soledad del ser humano y de la soledad después de la muerte.