Ya en su juventud Bob Dylan se sintió atraído por la idea de que el arte es arte al margen del medio en que se expresa, y que puede haber senderos filosóficos que expliquen la naturaleza de una obra tanto si se trata de una canción como de un cuadro. Un principio que cobra ahora esplendor en la nueva iniciativa del trovador de Minnesota, la exposición Mondo scripto, que protagoniza en la galería Halcyon, de Londres, y en la que, hasta el 15 de noviembre, ofrece 60 letras de canciones manuscritas acompañadas de dibujos a lápiz.

Es la punta del iceberg: el contenido de la muestra representa solo el 10% de la retrospectiva que el año que viene ofrecerá en el Museo de Arte Moderno de Shanghái a partir de mayo. Esta versión-aperitivo de Londres se circunscribe a canciones compuestas entre 1962 y 1976, cada una de las cuales aparece escrita a mano por el cantautor (algunas, con retoques en el texto) junto a una ilustración. Se trata de «imágenes que proceden directamente de las canciones; encajan en ellas», apunta Dylan en una breve entrevista que acompaña la exposición.

Así, a Knockin on heaven’s door le corresponde un paisaje celeste con rayos de luz solar insinuándose entre las nubes; a It’s all over now baby blue, una carretera desierta, y a Forever young, una escalera que trepa hacia el firmamento, representado por unas estrellas que parecen sacadas de un cómic infantil. Otras canciones inspiran dibujos con un fondo político: Hurricane y esa pistola humeante, o los presos picando piedra en Blowing in the wind. Dibujos de trazo sencillo y preciso, perfectamente figurativos.

Asociando canciones e ilustraciones, Paul Green, presidente de Halcyon, ha destacado, en un encuentro con la agencia Efe, que Dylan ha tocado en sus letras «temas específicos del momento que siguen siendo igual de relevantes en la actualidad», como «los refugiados, el medioambiente o las injusticias sociales». Para Green, los dibujos permiten «descubrir el alma» de sus canciones. Y para el comisario de la exposición, Tom Piazza, «los acoplamientos inesperados de estas obras e imágenes abren una puerta sorprendentemente íntima en cada canción».

En Mondo scripto, ofrece a los estudiosos de su obra la plasmación visual de la esencia de sus canciones. Un enfoque inédito, si bien no es la primera vez que expone ante el público sus inquietudes plásticas. La misma galería Halcyon acogió hace dos años The beaten path, muestra de dibujos, acuarelas y pinturas acrílicas, y en el 2013, Mood swings, que presentaba siete verjas de hierro soldadas por él mismo. Su primera exposición fue The drawn blank series (2007), en Chemnitz (Alemania), acuarelas y pinturas hechas con la técnica del gouache.