La escena literaria de Estados Unidos vive días revueltos a propósito de Raymond Carver, fallecido en 1988 y uno de sus grandes autores. Tess Gallagher, viuda del escritor, anunció su deseo de publicar una versión previa del libro de cuentos De qué hablamos cuando hablamos de amor . Los cuentos de Carver le reportaron una imagen de escritor minimalista, de alguien que con gran economía literaria sabe mostrar la esencia vital de sus personajes.

En sus historias, los silencios, así como los finales abruptos, son casi tan importantes como lo que se cuenta. Según Gallagher, este minimalismo fue invención de su primer editor, Gordon Lish, y ahora hay que restaurar la voluntad del autor. Gallagher esgrime razones morales. En 1981, con un Carver muy alcoholizado, Lish editó De qué hablamos cuando hablamos de amor tras haber recortado algunos finales de cuentos y reducido ciertos excesos sentimentales. Carver no lo aprobaba, pero el libro fue un éxito. A partir de entonces, el escritor dejó el alcohol y siguió escribiendo cuentos, siempre en la misma línea.