"La música me divierte y podría estar tocando horas y horas sin parar. Para mí el piano es mi trabajo, pero a la vez es mi diversión´" asegura el pianista cacereño, de 15 años, que ofreció un concierto en la Concatedral de Santa María el pasado miércoles.

El joven virtuoso, alumno del Conservatorio Superior de Viena desde el 2007, prepara en tierras cacereñas su próxima cita para septiembre en Nueva York.