Llega al teatro romano la cuarta representación del 64º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y lo hace, del 18 al 22 de julio, de la mano de Esquilo, nacimiento y muerte de una tragedia, obra interpretada por el cómico Rafael Álvarez ‘El Brujo’. La actuación, basada, fundamentalmente, en el libro El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música del filósofo Nietzsche, está avalada por la magia que Rafael Álvarez transmite en todas sus puestas en escena.

El Brujo regresa a la escena de mérida mañana después de participar en ediciones pasadas, con La Odisea (2012) y El asno de oro (2013). Con el montaje que estrena este año, el actor solista pretende llegar al público a través de la risa, dotándola de un carácter dinámico y divertido, logrando que, de manera sencilla, se entienda el arte clásico y el estilo de Esquilo. De este autor ya se han representado en Mérida Prometeo, la Orestiada, Los persas o Las suplicantes. Ahora El Brujo «las procesa en la máquina del humor para ofrecer una reflexión irónica de los textos clásicos», explicó Jesús Cimarro director, del festival.

Por su parte, su protagonista, define la obra como «la mirada de un cómico sobre la tragedia griega», queriendo conseguir una reflexión de los textos clásicos de un enfoque irónico.

CON MÚSICA / El espectáculo, creado especialmente para Mérida, se divide en dos partes, y contará con el acompañamiento musical, en directo, de Javier Alejano, que tocará el violín, el teclado, el pandero y el sitar hindú.

Ayer, en la presentación, el actor cordobés expresó una profunda ilusión y emoción por volver al escenario romano después de cinco años. «Lo que siento es una verdadera emoción y agradecimiento a la ciudad de Mérida», la misma que ha sentido cada vez que ha estado en este festival. No en vano recuerda, dijo, todas las ediciones como una sola.

También recordó que hace «muchos años» dio una conferencia sobre los romanos, que era «una parodia, un pretexto para hacer teatro, pero la obra con la que vuelve a Mérida es «todo lo contrario». Ahora, el pretexto es el teatro para dar una conferencia sobre el espíritu antiguo de la tragedia», añadió.

Para ello, se ha basado en los libros El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, de Nietzsche, y La muerte de la tragedia, de George Steiner, pero él adoptará el prisma de un cómico que «tiene que mirar la tragedia o cualquier cosa» de manera que el pública ría constantemente desde el principio al final».

Y, como ya hiciera en sus anteriores montajes, El Brujo indagará la línea de trabajo del ‘actor solista’, una tradición europea que se remonta a los juglares antiguos y cuyo referente más importante es el ya fallecido Dario Fo.

El Brujo reflexionó además sobre la cultura y cómo esta se ve afectada, en los últimos años, por el exceso de información, al tiempo que destacó la importancia que tiene conocer lo que otros han hecho antes para seguir creciendo, pues, a su juicio, un «problema» de hoy en día es que los jóvenes desconocen la cultura de nuestros antepasados, lo que puede llevar, reiteró, a desencadenar la barbarie.