Flamenca desde la cuna. La periodista Isabel Rodríguez Palop entiende el flamenco como una forma de vida, lo que le ha llevado a conjugar su pasión con su profesión trabajando en diversos medios de comunicación dedicados a este arte, como el espacio semanal que desde hace más de cinco años escribe en este diario. Los dos últimos años de su vida ha estado centrada en escribir Flamenco para dummies, un libro que permitirá al lector adentrarse en los orígenes del flamenco, su historia, sus protagonistas, su geografía y curiosidades, además de conocer las formas y estilos de este género musical a través de sus tres disciplinas: cante, baile y toque. El 27 de febrero, se presentará en el cafetín del teatro López de Ayala (Badajoz), y también recalará en Mérida y Llerena, aunque las fechas no están confirmadas.

-¿De dónde le viene el flamenco?

-Soy la hija del que aún es el presidente de la peña flamenca y cultural Ciudad de Llerena, Marcelo Rodríguez Boceta. Desde niña dormía escuchando flamenco y cuando acompañaba a mi padre en sus viajes laborales me ponía los fandangos de Rocío Jurado. Recuerdo la angustia de no saber diferenciar los palos del flamenco y mi padre decirme que lo más importante era saber escuchar y escuchar mucho, porque son los valores principales del flamenco.

-¿Cómo concibe este arte?

-El flamenco es una forma de vida, porque es un arte que se abre a todo. Hay artistas como Rosalía o El niño de Elche que utilizan el flamenco como un laboratorio de ideas. Por otra parte, el flamenco aún guarda la garganta de artistas que son cante jondo. Me gusta más el cante ortodoxo que el flamenco fusión, más que nada porque si no se sabe hacer bien, te lleva a la confusión. En el flamenco cabe todo lo que se haga con respeto. A mí me marcan dos virtudes: la lealtad y la honestidad. Creo que comparto esas dos virtudes con el flamenco.

-Este género despierta ciertas reticencias en el público, ¿por qué?

--Porque el flamenco es muy complejo y difícil. La gente se puede desesperar como con cualquier otra cosa que le resulte compleja. El primer camino para entrar en el flamenco es divertirte. Yo animo a que la gente se lea Flamenco para dummies y vaya a muchos festivales de flamenco. El libro es una buena forma de acercarse al flamenco, porque el ignorante va a aprender, el que sabe va a descubrir muchas anécdotas, y el que sabe mucho seguro que siempre tendrá cosas que recordar.

-Hábleme del libro, ¿qué ha supuesto poder escribirlo?

-Ha sido todo un privilegio que el Grupo Planeta se haya fijado en mí para escribir el primer dummies de flamenco que existe. Este proyecto surgió cuando recibí una llamada de la directora en Europa de Dummnies porque había leído mi blog palopflamenco.com y le pareció interesante que una periodista lo escribiera. Dummies es la colección sobre temas de interés general con mayor éxito mundial. Es un sello norteamericano que Planeta compró a principios del año 2000 para poder hacerse cargo de él en Europa. Cuenta con más de 1.600 títulos publicados y más de 200 millones de ejemplares vendidos solo en Estados Unidos. El libro nace con carácter internacional y ha sido un salto para dummies creer en el flamenco, porque es un tema muy complejo sobre el que no hay verdades absolutas.

-¿Qué significa ser un dummie?

-Dummie hace referencia a quien no sabe sobre algún tema y es principiante, por ello, este tipo de libros se caracteriza por un lenguaje ameno, divertido y fácil, pero escrito con mucho rigor.

-¿Qué quiere transmitir al lector a través de esta publicación?

-En el libro, cuyo prologuista es Paco Zambrano, diferencio lo que es un crítico flamenco, de un flamencólogo y de un periodista flamenco. Mi objetivo no es ofrecer al lector una visión etnográfica, ni de investigación del flamenco, sino divulgar este arte. Como periodista especializada reivindico el periodismo flamenco, que no está reconocido pero sí es conocido. Quiero que mi relación con el flamenco se base en la objetividad y en la honestidad que todos los periodistas debemos tener en el ejercicio de nuestra profesión.

-¿Cómo ve la situación actual del flamenco en Extremadura?

-El flamenco goza en la actualidad de muy buena salud en Extremadura. En la región tenemos artistas potentísimos como El Perre, Manuel Pajares, Esther Merino, Pilar Romero, Miguel de Tena, Edu Hidalgo y otros muchos. Tampoco podemos olvidar a la base de nuestros cantes autóctonos, como al Tito Alejandro Vega, la Cainita, el Peregrino o el Nene. Creo que en Extremadura, hoy por hoy, confluye lo de siempre con lo nuevo, y las dos vertientes siguen sonando a buen flamenco. Eso es una suerte.

-¿Los extremeños son conscientes de lo que tienen?

-A los extremeños no nos gusta ser protagonistas de nada, incluso cometemos el error de no ser protagonistas de nuestra propia historia. La Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz, en concreto, se están volcando con la promoción del flamenco, lo que pasa es que cuando hay una charla la Junta no puede obligar a la gente a que vaya. Somos los extremeños los que tenemos que comprometernos con nuestra cultura. Las peñas flamencas, por su parte, tienen que intentar atraer al público joven.

-¿Hay eventos suficientes?

-Nunca son suficientes. Yo considero que hace falta poner en marcha un concurso de baile a nivel regional, sobre todo porque los cantes están reconocidos como productos autóctonos cuando también hay un baile que puede ser autóctono. Sería bueno crear un concurso para que el baile extremeño se convierta en una línea artística del flamenco acorde con nuestra tierra. Esta idea se está poniendo en pie a través de la asociación de baile flamenco de Extremadura, de la que su presidente es el maestro Jesús Ortega, y cuenta con todo mi apoyo.

-¿Confía en seguir trabajando por la difusión del flamenco?

-Mi idea es seguir trabajando por la difusión y defensa del flamenco en Extremadura. Espero que este primer libro solo sea un peldaño más en una escalera que espero seguir subiendo con el apoyo de los lectores, de las instituciones y de los extremeños.